viernes, 28 de junio de 2024

La repregunta que falta

 EDITORIAL

La repregunta que falta



El mes de junio arrancó convulsionado, más que de costumbre. La aprobación de la Ley Bases en la cámara de Senadores trajo consigo represión en las calles, pero un escenario complejo de cara al futuro de nuestro país.

Como hacía rato no se veía, negociaciones y canjes a cielo abierto, incluyendo una embajada en París, el manejo de dos represas, alguna que otra partida presupuestaria, entre otras cosas; un escándalo. Mientras tanto, se da media sanción a un régimen de saqueo de nuestros recursos naturales sin siquiera poder asegurarnos que esas inversiones que van a llegar, parte quede aquí. Volvemos como siempre, otra vez a las mismas recetas. Otra vez la misma historia.

Sin embargo, ahora es más compleja la cosa. O no, es más simple. Porque estamos ante un escenario de desinformación supina, de descontextualización, de borrar lo que sucedió hace poco tiempo. Ya no importa que es verdad y que no; pareciera que, cuando se pretende explicar lo que está sucediendo, ante la exposición de un argumento y otro más, la respuesta es “mucho texto”. Eso se utiliza en X, o Twitter, como se lo llamaba antes. Es muy común; allí las descalificaciones, la desinformación, la posverdad, los discursos de odio crecen más rápido que la soja en nuestra pampa húmeda; prolifera con una velocidad que es reproducida por muchas personas y por otros miles de no personas: de perfiles falsos que sirven para eso. Pero este no es el quid de la cuestión, eso lo veremos más adelante.

Lo importante aquí es que cuando decimos que ahora es más simple, pasa por el hecho de que, del lado de quienes defienden esta ley, muchas veces ni siquiera puedan hacerlo. Aumento de impuestos, derechos laborales cercenados, recursos naturales entregados. Nada importa. La vida continúa. “Tengo que trabajar con todos los gobiernos”, se escucha decir con una cierta frecuencia que asusta, ante algunos testimonios que se recuperan en la calle, ahora que está de moda nuevamente ese tipo de trabajo en cronistas. Te paran por la calle y te preguntan qué opinas. Y ahí falta la repregunta muchas veces, porque es evidente que para obtener ingresos hay que prestar un servicio, una labor, cuyos derechos quieren destruirlos desde hace muchos años. Aguinaldo, vacaciones pagas, licencias por estudio, maternidad, enfermedad, entre otras tantas cosas; los derechos de los trabajadores. Ahora el período de prueba aumenta a un año y vos mismo vas a tener que aportar el 3% de tu salario para pagarte la indemnización cuando te echen. No hace falta adjetivar, se desprende solo.

Falta esa repregunta que, ya ni siquiera es si te alcanza el sueldo, pasa por la concepción misma que ese apotegma de “tengo que trabajar con todos los gobiernos” es si la plata te alcanza con todos los gobiernos. Por ahora, la sociedad aguanta. Una encuesta de Zuvan-Córdoba reveló que el 73% de los encuestados está peor con el gobierno de Milei que con el de Fernández pero, a su vez, un gran porcentaje sostuvo que quiere cambiar las cosas y “la casta no lo deja”. Las reflexiones en estos tiempos abundan y, como siempre hemos dicho desde El Tambor, no pretendemos que nadie piense como nosotros, sino llamarnos colectivamente a la reflexión. Lo que está ocurriendo es de una gravedad altísima, que no cierra bajo ningún punto de vista si no es con represión; por eso durante el tratamiento de la Ley Bases todo Montserrat estuvo militarizado. En estas líneas no pretendemos ser catastróficos ni mucho menos, pero sí hacemos un llamado a la información: hagamos el esfuerzo, compartamos, comentemos, consultemos, que el bombardeo de tantas cosas al mismo tiempo, no nos deje tapando una gotera cuando la casa se inunda por todos lados. Hagamos el esfuerzo de esa repregunta que falta, que en estos tiempo, hace más falta que nunca.      


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