EDITORIAL
Todo esto pasa, esta pasando siempre.
El meme de “estabas aburrido” y la bandera de Argentina “estabas”, salvando las distancias y entendiendo la metáfora, pareciera estar vigente pero con un nivel exponencial. Es decir, la sobre información, el nivel de acontecimientos relevantes -o no- que trascienden a la luz, hacen que estos 7 meses que lleva el año parezcan mucho más. Ni que estuviéramos viviendo años perro.
En las últimas semanas nos hemos convertido en expertos sobre el sistema electoral venezolano, en las elecciones en Estado Unidos -tras la deposición de Biden a su candidatura-, los juegos olímpicos, túneles para robar bancos. Antes fue Gran Hermano, hoy Survivor, y lo que vendrá. Pero acá también pasan cosas relevantes, que a veces en esta espiral de fingir demencia, pasan de largo.
La nota editorial es lo último que se escribe, excepto tener una decisión demasiado firme o un tema tan rutilante que genere que la edición se construya al revés. Bien decía, a último momento y, cuando esto iba a rumbear para otros lares, nos enteramos -como todos y todas- de la denuncia que realizó Fabiola Yañez contra el ex presidente Alberto Fernández por motivos de violencia de género. Acto seguido, filtración de chats, fotos y videos donde se revictimiza a la persona dañada en cuestión.
La violencia de género es terrible, hay que repudiarla, denunciarla y que la justicia actúe. Este hecho, no quita que la exposición de las fotos esté más en función del carancheo mediático de quienes siempre se jactaron de estar en contra del feminismo y todas las políticas de género. Inclusive, leer por algunos lados, que la línea 144 está disponible cuando quedan solo un puñado de trabajadoras cumpliendo funciones, luego de los despidos masivos.
Esto no quita dos cuestiones. En primer término, lo insuficiente del gobierno saliente en materia de profundización y cambios que se esperaba de él, sobre todo en materia de recomposición salarial y distribución del ingreso, donde falló. Tampoco borra varias conquistas, sobre todo en el manejo de la pandemia en cuestión sanitaria -a pesar de la contradicción de que algunos de los hechos trascendidos se hayan dado en el período de aislamiento social obligatorio.
Pero lo segundo que no hay que perder de la agenda son otros temas que, más allá de que no resuenen en los principales medios de comunicación -hegemónicos y no- están sucediendo. La inflación venía a la baja, siendo uno de los logros de este gobierno que a partir del déficit cero y la no emisión monetaria, hoy dejó de ser noticia. Dejó de ser noticia porque el índice marcó 5 %
El hecho del traslado de reservas de oro a Londres, los vencimientos que se aproximan con el Fondo Monetario Internacional que hay que hacer frente. El desempleo, la caída en el consumo, la terrible recesión. El campo que no liquida, la ley bases a medio reglamentar, el RIGI que no trae la lluvia de inversiones prometida. La visita por parte de diputados del oficialismo a genocidas presos en cárcel común y el posterior intento, nuevamente de perdonarlos y que gocen de la prisión domiciliaria.
No. Detuvieron, torturaron, asesinaron y desaparecieron gente durante la última dictadura cívico militar. No perdonamos, no nos reconciliamos, no olvidamos. Y si es necesario repetirlo, lo seguiremos haciendo. Inclusive acaban de vender parte del predio del Faro de Mar del Plata donde funcionó un centro clandestino de detención. Los espacios para la memoria sufren despidos, desfinancimiento, vaciamiento.
Todo eso pasa, esta pasando siempre. Siempre superpuesto en diferentes capaz y es por eso que, a veces se nos escapa. Bueno, estas últimas dos oraciones son tomadas de Por si pasa, de Bersuit. Retomo, todo eso ocurre aunque no nos enteremos o decidamos no hacerlo por el nivel de agobio de La vida cotidiana y los problemas que nos aquejan a todos aquellos y aquellas que vivimos en el suelo argentino. Todo eso pasa, y somos muchos los que nos sentimos afligidos, pero también desde nuestro rincón, ponemos nuestro granito de arena para vivir mejor. Construyendo, sumando. Por la positiva, porque si no, nada tiene sentido.