Por Alejandro Tamargo
Las siglas del título pueden engañar al ojo prematuro del lector pudiendo llegar a creer que el mismo se refiere al actual presidente de la Nación. Sin embargo, no voy a defraudar a los lectores de este artículo ya que el mismo se refiere a una persona que ha dejado una huella muy importante en nuestro país, que se encuentra muy vinculado a nuestro barrio y a nuestra historia. Mencionado personaje es Mariano Moreno.
Las siglas del título pueden engañar al ojo prematuro del lector pudiendo llegar a creer que el mismo se refiere al actual presidente de la Nación. Sin embargo, no voy a defraudar a los lectores de este artículo ya que el mismo se refiere a una persona que ha dejado una huella muy importante en nuestro país, que se encuentra muy vinculado a nuestro barrio y a nuestra historia. Mencionado personaje es Mariano Moreno.
Montserrat es atravesada por una
calle que lleva el nombre de este prócer, un monumento que lo conmemora sito en
la plaza Lorea, una placa de bronce en la Basílica de San Francisco que hace
mención a Mariano, así como también una serie de vivencias suyas que se
desarrollaron en nuestro vecindario.
Fuente: "El Tambor de Montserrat" Monumento Plaza
Lorea
A pesar de todo ello poco sabemos que
hizo este sujeto siendo una figura que dejo marcas profundas en nuestra
historia.
Para comenzar una breve descripción
de su vida estamos en condiciones de decir que Mariano Moreno nació el 23 de
septiembre 1778, en Buenos Aires, fue el primero de catorce hermanos. Su padre,
Manuel Moreno y Argumosa, trabajaba como
funcionario de la Tesorería de las Cajas Rurales, empleo por el cual recibía
una paga modesta. Ana María Valle, su madre,
tenía la particularidad, no siendo común en la época, que sabía leer y escribir,
conocimientos que transmitió a Mariano iniciándolo en su primeras letras.
Moreno cursó sus estudios secundarios
en el "Real Colegio de San Carlos" actual "Colegio Nacional Buenos Aires" cuya
sede ubicamos en la calle Bolivar al 263, de nuestro comuna.
Gracias al patrocinio del fray Cayetano José
Rodríguez, existe en
la actualidad un colegio sobre la calle Chile al 1600 que lleva el nombre de
este religioso, Moreno obtiene acceso a la biblioteca del "Convento de San Francisco", edificio que se encuentra en
la calle Alsina al 380 y que forma parte del casco histórico de Montserrat. En
ese edificio hoy en día podemos encontrar una placa de bronce que da homenaje a
nuestro prócer.


Fuente: " El Tambor de Montserrat" Placa de Bronce
Convento de San Francisco.
Mariano logra estudiar abogacía en la
Universidad de Chuquisaca, Bolivia, gracias a que Cayetano José Rodriguez lo
pone en contacto con importantes clérigos de la región los cuales financian su
estadía en esa universidad.
En 1802, a poco de recibirse de abogado,
visita el centro minero de Potosí, en el cual observa el grado de miseria y
explotación al cual estaban sujetos los indígenas del lugar. Dicha situación lo
inspira para escribir su tesis doctoral titulada "Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios"
en la cual denuncia los abusos sufridos con las siguientes palabras, "desde el descubrimiento empezó la malicia a
perseguir unos hombre que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas
tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus
pueblos que sujetarse a la opresión y servicio de sus amos, jueces y curas
(...)" [1].
En mayo de 1804, contrae matrimonio
con Maria Guadalupe Cuenca. Un año después nace su único hijo, Marianito y
deciden retornar a Buenos Aires, lugar en el cual ejercerá la profesión de
abogado.
Para 1809 redacta la "Representación de los Hacendados"
en la cual alienta, de la misma forma que lo hizo un poco antes Manuel
Belgrano, el desarrollo de la agricultura y las manufacturas de nuestra región.
Dicha situación lo acerca a un sector de revolucionarios que empezaba a
agruparse desde las invasiones inglesas.
El 25 de mayo de 1810, asume la
Secretaria de Guerra y Gobierno de la Primera Junta, desde la cual impulsa la
apertura de varios puertos al comercio exterior, combatiendo el contrabando
monopolizado y reduciendo los derechos de exportación.
Desde ese mismo lugar, también participa
activamente en la creación de la biblioteca pública, se ocupa de incentivar la
educación pública fundamentando tal accionar con las siguientes palabras "Nada hay más digno de la atención de los
magistrados que promover por todos los medios la educación pública"[2],
crea la jubilación para los docentes y abre la escuela de Matemáticas que era
un viejo anhelo de su amigo Manuel Belgrano[3].
El 7 de junio de 1810, con las siguientes
palabras da creación al periódico que bautizó como "La Gaceta de Buenos Aires":
"El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el
honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con quien miran
aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos.
El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que
nunca puedan obrar mal. Para logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta
que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gaceta de Buenos
Aires"[4].
Debido al nacimiento de este
periódico, que tuvo un rol decisivo en la formación de opinión de la sociedad
de esa época, a través del cual Moreno enfatizó dos postulados democráticos
como ser la libertad de pensamiento y la publicidad de los actos de gobierno, los
7 de junio de cada año en nuestro país se celebra el día del periodista.
Durante la revolución de 1810, Moreno
propone realizar modificaciones económicos y sociales profundos, considerando
que la revolución no debe ser mezquina generando únicamente un mero cambio
administrativo.
Por tal circunstancia, se enfrenta
fuertemente con el sector conservador de la revolución representado por
Cornelio Saavedra, fracción que pretendía mantener sus privilegios, y a los
cuales Mariano Moreno acusa utilizando las siguientes palabras "hay quienes suponen que la revolución se ha
hecho para que los hijos del país gocen de los altos empleos de que antes
estaban excluidos; como si el país debiera ser menos desgraciado por ser hijos
suyos los que lo gobiernan mal"[5].
Tal era el enfrentamiento entre la
clase conservadora y Mariano, que este último tuvo que tomar la habitual precaución,
además de andar armado, de disfrazarse de fraile dominico para no ser
reconocido y así poder volver sano y salvo a su hogar luego de las largas
jornadas de trabajo que le demandaba la Primera Junta. Tengan en cuenta que para
volver a su casa él debía atravesar de noche la plaza de Mayo, e imaginen, para
ese entonces, una plaza totalmente a oscuras, no iluminada como hoy en día, y sobre
todo con poderosos enemigos que pretendían su cabeza [6].
Las profundas diferencias con
Saavedra, llevaron a nuestro ilustre personaje a abandonar la Primera Junta y
aceptar una misión que tenía como objetivo comprar armamento en Londres para el
incipiente Ejercito Nacional que se estaba organizando.
El 29 de enero de 1811 Moreno se
embarca en la fragata de bandera inglesa llamada "Fame" en la cual es envenenado y muere durante el viaje a los 32 años de edad.
Sus enemigos tuvieron la peculiar cordialidad
anticipada de enviar a su esposa, a poco tiempo de partir Mariano, un
encomienda anónima que contenía un abanico de luto, un velo y un par de guantes
negros con una nota que decía "Estimada
señora, como sé que va a ser viuda, me tomo la confianza de remitir estos
artículos que pronto corresponderían a su estado".
Era evidente que no bastaba con enviarlo
lejos para desarraigar los ideales de una revolución que atentaba contra las
clases criollas dominantes. Por tal motivo el capitán del Fame, Walter Bathurst,
le proporciona una importante dosis de antimonio siendo este un metal pesado
que se asemeja al arsénico, sustancia que propició la muerte de nuestro prócer.
Cabe destacar que dicho capitán nunca más fue visto por el Rio de la Plata.
Es evidente que el veneno
suministrado fue inglés, pero la inspiración visiblemente rioplatense.
Desgraciadamente nunca fueron enjuiciados los responsables de tal crimen.
El cuerpo de Mariano Moreno, tras una
descarga de fusilería, fue arrojado al mar siendo lamentablemente el primero de
una largar lista en nuestra historia.
Al enterarse Saavedra de la muerte de
Moreno, esboza su famosa frase de despedida “Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego”. Claramente
este comentario de Saavedra es irónico,
ya que los estudiosos del tema explican que la muerte por ingesta de arsénico, además
de ser prolongada y provocar convulsiones, genera una sensación de fuego dentro
del cuerpo de la víctima.
La vida Mariano Moreno fue tan efímera
como intensa, siendo muy valiosa para nuestro país. Como podrá observarse, no
sólo en este caso, nuestra historia no es siempre como una película de Hollywood
con final feliz.
[1]
Mariano Moreno, Escritos, Buenos Aires, Estrada, 1943
[2]
Mariano Moreno, op.cit.
[3]
Felipe Pigna, Los Mitos de la Historia Argentina 1° ed, Buenos Aires, Grupo
Editorial Norma, 2004
[4] Mariano Moreno, op.cit.
[5] Mariano Moreno, op.cit.
[6]
Daniel Balmaceda, Espadas y Corazones, Buenos Aires, Marea Editorial, 2004