sábado, 16 de abril de 2022

Basura Cero vs Economía Circular

 INFORMACIÓN + OPINIÓN

Basura Cero vs Economía Circular

por Martina Laura Vazquez Miranda 

Presentamos “El Tambor” en El Ghueto, refugio de artistas. La próxima, el martes 19 de abril. Presentamos el número de marzo de “El Tambor de Montserrat” y convesarmos acerca de las distintas problemáticas que trae consio el eje “generación de residuos”. Aquí, repasamos los principales puntos.


La ge
neración de residuos es una de las problemáticas ambientales actuales que más se discute. Es difícil concebir una realidad distinta teniendo en cuenta los procesos productivos actuales: casi todo lo que se extrae, se procesa, se consume y se descarta. Este sistema lineal de producción es uno de los motivos fundamentales de los procesos de cambio climático que hoy en día atravesamos. Y, a diferencia de otros problemas ambientales (cómo la contaminación de acuíferos, suelos, aire), es uno que es visible y fácilmente cuantificable.

Nuestro país es uno de los generadores más importantes de la región, con cifras de 1.15kg de basura generadas por habitante por día, realidad que no escapa a la ciudad más densamente poblada del país. La Ciudad de Buenos Aires aporta más de 1 millón de toneladas de basura (o húmedos, según su nomenclatura adoptada) por año al relleno sanitario Norte III, complejo administrado por la Coordinación Ecológica del Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE). Es necesario entender que, una vez que la basura es enterrada se pierde la capacidad de reciclaje del material, es el fin del proceso productivo lineal que obra como paradigma y que hoy en día se pretende cambiar.

Ahora bien, la Ciudad posee un sistema de recolección diferenciada, establecido desde la sanción de la famosa Ley N°1854/06, más conocida como “Ley de Basura Cero”. El objetivo de esta ley fue establecer los sistemas de gestión de residuos sólidos urbanos. Se establecen las bases para la generación de 2 tipos de residuos: los húmedos, compuestos mayoritariamente por restos orgánicos y material no reciclable y los secos, aquellos que pueden ser integrados nuevamente a la cadena productiva por medio del tratamiento y posterior reciclado. Los húmedos son retirados todos los días y su recolección depende de 6 empresas prestadoras privadas y el ente de higiene urbana (público) que componen el servicio público de higiene urbana y los secos son retirados por 12 cooperativas de trabajo de recuperadores urbanos. Esta última fracción recolectada, además de garantizar la revalorización de los materiales, fue ideada para cumplir con las ambiciosas metas de reducción de basura que se envía al CEAMSE Estas metas, que implicaban reducciones del 30% para 2010; 50% para 2012 y 75% para 2017, nunca se cumplieron.

 Ante este escenario, se preguntarán cuáles son los esfuerzos de la gestión actual para poder cumplir con las propias metas propuestas. ¿Aumento de presupuesto? Lo opuesto es cierto, visto y considerando que se viene recortando el presupuesto destinado al tratamiento de residuos en la ciudad.

Esa reducción de presupuesto es desigual para lo que se considera residuos húmedos y secos: si bien el presupuesto total se redujo del 2020 al 2021 en un 2%, las empresas privadas observaron una reducción del 2% (administrado por la Dirección General de Limpieza), mientras que el presupuesto de recuperadores urbanos (Dirección General de Reciclado) se recortó en un 25%. Lo que es peor aún, el Ente de Higiene Urbana (la única empresa pública encargada del servicio de recolección) sufrió un recorte de casi 47%, indicando una grave tendencia hacia la privatización del servicio[1].

Cómo si esto fuera poco, el gobierno porteño logró sancionar en 2018 la Ley N°5966 (sin cumplir con los requerimientos de doble lectura y audiencia pública) que modifica lo establecido en la Ley de Basura Cero, permitiendo la incineración de residuos. Esto implicaría que, no sólo se pierda la chance de revalorizar los recursos y materiales y generar más trabajo para los compañeros recuperadores, sino también la posible contaminación atmosférica e impacto que la misma traería a la calidad de aire de esta Ciudad.

Gracias al accionar de los recuperadores urbanos, quiénes presentaron un amparo colectivo, la justicia suspendió la vigencia de la ley[2]. Los fundamentos fueron numerosos, declarando que no cumple con los procedimientos legislativos de doble lectura y, lo más importante, que esta ley no cumple con leyes nacionales de presupuestos mínimos y los principios de progresividad y no regresividad en materia de derechos humanos. Sin embargo, es necesario entender que esto no ha terminado. Puede ser que se vuelva a discutir un proyecto similar, y es necesario estar alertas porque con esloganes armados y lavados atentan contra un derecho de todos: un ambiente sano y digno.

 

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