viernes, 28 de junio de 2024

Se plantarán nuevos árboles

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Se plantarán nuevos árboles

 

Foto - Gobierno de la Ciudad

El gobierno de la Ciudad anunció que, desde la fecha hasta el mes de octubre, se van a plantar aproximadamente unos 18.000 árboles de unas 30 especies diferentes.

En virtud de los más de 1000 árboles que se perdieron por las últimas tormentas, se suman 3000 nuevos ejemplares a los 15.000 que ya previamente estaban estipulados en la planificación anual.

Según fuentes oficiales, “para reponer los árboles perdidos se van a seguir las pautas y lineamientos del Plan Maestro de Arbolado de la Ciudad y para la recomposición de los espacios verdes se van a usar especies iguales o similares a las que existían, según el tipo de paisaje diseñado originalmente”.

Dentro de las especies a plantar, se encuentran las siguientes: fresno dorado, crespón, fotinia, viscote, pata de vaca o pezuña de buey, anacahuita, cedro misionero, lapacho rosado, ciruelo de flor, jacarandá, liquidámbar, tulipanero, plátano, tilo, ibirapitá o caña fístula, tipa, fresno americano y arce plateado.

 

¿Quiénes son esos “mismos de siempre”?

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¿Quiénes son esos “mismos de siempre”?




Como cada vez que se trata una ley, nuestro barrio es epicentro de todos los hechos que suceden, valga la redundancia. Sin ir muy lejos en el tiempo, la avenida Rivadavia o bien, la plaza de los dos Congresos fueron escenarios de movilizaciones pacíficas en las que miles de personas se han acercado a celebrar la recuperación de YPF, de la ANSES, el aborto legal, las leyes de inclusión previsional, matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, entre otras.

Pero ese “entre otras”, es una referencia a cuestiones que estén vinculadas a la ampliación de derechos. En esta oportunidad, volvemos a encontrarnos en un lugar que nos lleva a retroceder. Tal como funciona en el juego de la Oca, en el que justo caes en un cuadrante que te dice “retroceda 4 casilleros”. Otra vez. Sí, otra vez, como sucediera hace no tantos a años.

Sin historizar demasiado, las últimas represiones por parte de las fuerzas de seguridad se dieron durante el gobierno de Mauricio Macri. Vale la aclaración, porque se han suscitado hechos complejos en los últimos tiempos: quema pública de barbijos en 2020, bolsas mortuorias frente a Casa de Gobierno en 2021, un intento de asesinato a la vicepresidenta de la nación en 2022. No represión. Cero. En otra oportunidad, si es del paladar de usted que lee esto, podemos abrir esa discusión; aquí no viene al caso.

Lo que si viene al caso es que a pesar de todas esas cosas que pasaron, no hubo represión policial. Entonces, debemos ir un poco más atrás: ley de reforma previsional de 2017. Modus operandi similar: movilización pacífica durante las primeras horas del día; las horas empiezan a correr y, luego de la desconcentración de algunos sectores, comienzan los desmanes; desmanes producidos por “los mismos de siempre”, dijeron en algunos medios de comunicación.

¿Quiénes son esos “mismos de siempre”? Si recuperamos un trabajo realizado por INADI durante 2022 sobre discursos de odio, el documento expresa que estos son “narrativas sociales que circulan y se reproducen principalmente en el espacio público, ya sea en los medios de comunicación, redes sociales e internet, y que transmiten prejuicios y estereotipos negativos sobre un grupo o colectivo de personas en particular, teniendo por objetivo justificiar, legitimar e incitar la confrontación y/o violencia social de un sector de nuestra sociedad sobre otro”. Contundente; no requiere demasiada ampliación.

Estas narrativas pueden manifestarse en violencia simbólica –por lo general- pero puede pasar a la violencia física, como bien mencionamos con los ejemplos anteriores. Ahora bien, este tipo de discursos suelen tener un correlato muy fuerte en redes sociales por medio de la figura de los trolls y los haters, sostenidos particularmente bajo el concepto de posverdad: esa reafirmación de creencias a pesar de lo que sea real, de la información concreta. Nos referimos a un esquema en el que ya no importa que es verdad y que no, porque lo que se busca es confirmar lo que ya pensamos con anterioridad. El trolling en redes sociales, fundamentalmente en X (ex Twitter) habilita los comentarios haters: esas intervenciones descalificadoras, donde lo central es destilar odio contra ese otro –ya volveremos sobre esto.

Ahora bien, ese otro, ese estereotipo negativo, es donde se basa el cimiento para describir a esos “mismos de siempre”. Que no importa si son militantes de un espacio político o movimiento social, basta con el comentario negativo: “estos de qué trabajan”, “son todos vagos”, “planeros”, lo que fuere. No importa si están filmadas las personas que dieron vuelta algunos vehículos, si algunos de ellos también se los ve en fotografías lanzando proyectiles y luego trasladando gente hacia las fuerzas de seguridad. Lo que importa es el espectáculo, el montaje, el show. Queda flotando que hubo lío, que hubo incidentes. Algunos medios oficialistas le achacaron directamente al “kirchnerismo” los incidentes, sin importar quienes estuvieron en la plaza y desde qué hora.

Ariel Gurevich en su libro “La vida digital”, trabaja fuertemente algunas nociones en relación a las redes sociales, pero particularmente distingue el “me gusta”, el comentario y el compartir. Las operaciones de “me gustar” son el primer contacto de un usuario con una publicación, el comentario ya habilita otro tipo de interacciones: no solo con “amigos” sino con aquellos que no lo son. Dentro de los usuarios que utilizan las redes para comentar, volvemos a toparnos con los conceptos de troll y hater, aunque la diferencia puntual entre estos, es que los últimos suelen ser personas reales y los trolls, veremos abundantemente en X (Ex Twitter), suelen ser perfiles falsos, sin nombres propios y con una metodología de ataque en manada, a diferencia de la individualización que vemos en los otros casos. Ahora bien, el punto en común de ambas es que predominan discursos de odio y uno habilita al otro: el troll puede abrirle la puerta a un hater mediante un hilo de X o imágenes en otras plataformas, tales como Facebook o Instagram. Según el informe de INADI “si fuese una obra de teatro, la dirección y la producción son realizadas por los trolls, la actuación por los haters y (…) la obra termina siendo el daño moral producto de estos ataques”. Finalmente tenemos el compartir, que ya nos refiere a otro tipo de interacción; si bien ahora Facebook corre un paso atrás en la vida pública, los eventos que se generaban allí años atrás fueron caldo de cultivo para lo que hoy se viraliza por otras plataformas. En consecuencia, la cadena me gusta, comento y comparto, es pilar fundamental para la proliferación de noticias falsas, de posverdad, creación de eventos y de manipulación de opiniones.

Cerrado este apartado de redes sociales, para concluir volveremos esta idea de “los mismos de siempre” que quedó abierta.  Esos mismos de siempre es a los que peyorativamente se los denomina así y son, personas de a pie; con un trabajo si es que tienen la suerte, que estudian, que tienen una vida como cualquier otra persona. Pero el objetivo evidentemente es el de bajarle el precio; el de disciplinar. A la hora del cierre de esta edición, todavía continúan detenidas 16 personas; algunas de ellas ni siquiera habían ido a manifestarse en contra de la Ley Bases. Eso: ley bases, cómo será que estamos llegando al cierre de este artículo sin nombrar nada del contenido de este proyecto de ley el cual, evidentemente, si requiere de todo este andamiaje en las afueras del parlamento para que se apruebe, nada bueno para el pueblo ocurrirá después de todo esto.

 

Recomendamos ver dos películas que trabajan este tema:

 “Hater” (2020) Director: Jan Komasa / “Je Suis Karl” (2021) Director: Christian Schwochow
BIBLIOGRAFÍA:

Gurevich, Ariel (2018). “Ansiedad”. En la vida digital. Intersubjetividad en tiempos de plataformas sociales. CABA. Crujía. Colección Futuribles (Cap. 3. 73-119).
INADI (2020). “INFORME. Haters”
INADI (2022). “Una aproximación a los discursos de odio: antecedentes de investigación y debates teóricos Coordinación de Investigaciones y Observatorios sobre Discriminación”.
Verón, Eliseo (2004). “Prensa gráfica y teoría de los discursos sociales: Producción, recepción, regulación”. En Fragmentos de un tejido. Barcelona. Gedisa.
Verón​, Eliseo (1995). “Semiosis de lo ideológico y del poder”. En Semiosis de lo ideológico y del poder. La mediatización. Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA).



Cierran el Centro de Acceso a la Justicia de Montserrat y Constitución.

 NOTICIAS

Cierran el Centro de Acceso a la Justicia de Montserrat y Constitución.

Días atrás, el Ministerio de Justicia anunció que cierra 81 dependencias, entre ellas la de nuestro barrio y la más grande del país, ubicada a metros de la estación Constitución.

 


El ajuste del gobierno nacional continúa y en esta oportunidad, el Ministerio de Justicia anunció el recorte de los CAJ, dependencias multidisciplinarias que brindan atención jurídica a sectores vulnerables y que contaban con personal de otros ministerios para poder condensar varias situaciones en un solo espacio.

Tal es así, que el Ministerio informó que "el Poder Ejecutivo determinó que los CAJ acumulaban empleados de distintas gestiones anteriores en dependencias alrededor de todo el país, sin demostrar resultados y duplicando funciones" y que esta decisión le ahorra al gobierno $8.000.000.000 de pesos por año.

Todavía no es claro que sucederá con los trabajadores: equipos conformados por abogados, psicólogos, trabajadoras sociales, entre otros, que brindan atención personalizada a cada una de las personas que se acercan con múltiples necesidades. Creados en el 2008, con el cierre de estas 81 delegaciones, solo quedarán en pie 24. Nuestra solidaridad con sus trabajadores.


La repregunta que falta

 EDITORIAL

La repregunta que falta



El mes de junio arrancó convulsionado, más que de costumbre. La aprobación de la Ley Bases en la cámara de Senadores trajo consigo represión en las calles, pero un escenario complejo de cara al futuro de nuestro país.

Como hacía rato no se veía, negociaciones y canjes a cielo abierto, incluyendo una embajada en París, el manejo de dos represas, alguna que otra partida presupuestaria, entre otras cosas; un escándalo. Mientras tanto, se da media sanción a un régimen de saqueo de nuestros recursos naturales sin siquiera poder asegurarnos que esas inversiones que van a llegar, parte quede aquí. Volvemos como siempre, otra vez a las mismas recetas. Otra vez la misma historia.

Sin embargo, ahora es más compleja la cosa. O no, es más simple. Porque estamos ante un escenario de desinformación supina, de descontextualización, de borrar lo que sucedió hace poco tiempo. Ya no importa que es verdad y que no; pareciera que, cuando se pretende explicar lo que está sucediendo, ante la exposición de un argumento y otro más, la respuesta es “mucho texto”. Eso se utiliza en X, o Twitter, como se lo llamaba antes. Es muy común; allí las descalificaciones, la desinformación, la posverdad, los discursos de odio crecen más rápido que la soja en nuestra pampa húmeda; prolifera con una velocidad que es reproducida por muchas personas y por otros miles de no personas: de perfiles falsos que sirven para eso. Pero este no es el quid de la cuestión, eso lo veremos más adelante.

Lo importante aquí es que cuando decimos que ahora es más simple, pasa por el hecho de que, del lado de quienes defienden esta ley, muchas veces ni siquiera puedan hacerlo. Aumento de impuestos, derechos laborales cercenados, recursos naturales entregados. Nada importa. La vida continúa. “Tengo que trabajar con todos los gobiernos”, se escucha decir con una cierta frecuencia que asusta, ante algunos testimonios que se recuperan en la calle, ahora que está de moda nuevamente ese tipo de trabajo en cronistas. Te paran por la calle y te preguntan qué opinas. Y ahí falta la repregunta muchas veces, porque es evidente que para obtener ingresos hay que prestar un servicio, una labor, cuyos derechos quieren destruirlos desde hace muchos años. Aguinaldo, vacaciones pagas, licencias por estudio, maternidad, enfermedad, entre otras tantas cosas; los derechos de los trabajadores. Ahora el período de prueba aumenta a un año y vos mismo vas a tener que aportar el 3% de tu salario para pagarte la indemnización cuando te echen. No hace falta adjetivar, se desprende solo.

Falta esa repregunta que, ya ni siquiera es si te alcanza el sueldo, pasa por la concepción misma que ese apotegma de “tengo que trabajar con todos los gobiernos” es si la plata te alcanza con todos los gobiernos. Por ahora, la sociedad aguanta. Una encuesta de Zuvan-Córdoba reveló que el 73% de los encuestados está peor con el gobierno de Milei que con el de Fernández pero, a su vez, un gran porcentaje sostuvo que quiere cambiar las cosas y “la casta no lo deja”. Las reflexiones en estos tiempos abundan y, como siempre hemos dicho desde El Tambor, no pretendemos que nadie piense como nosotros, sino llamarnos colectivamente a la reflexión. Lo que está ocurriendo es de una gravedad altísima, que no cierra bajo ningún punto de vista si no es con represión; por eso durante el tratamiento de la Ley Bases todo Montserrat estuvo militarizado. En estas líneas no pretendemos ser catastróficos ni mucho menos, pero sí hacemos un llamado a la información: hagamos el esfuerzo, compartamos, comentemos, consultemos, que el bombardeo de tantas cosas al mismo tiempo, no nos deje tapando una gotera cuando la casa se inunda por todos lados. Hagamos el esfuerzo de esa repregunta que falta, que en estos tiempo, hace más falta que nunca.