viernes, 21 de octubre de 2016

YO PARO EN MONTSERRAT - El barrio y su arquitectura

El barrio y su arquitectura


Por Rita Manucci


 
Cúpula sobre edificio francés despojado.
(Virrey Cevallos esquina México)
Vivimos en Montserrat, un barrio históricamente popular. Parte de él perteneció al radio antiguo de la ciudad. Acá vivieron los negros de Rozas. Luego llegaron los inmigrantes españoles, italianos y de muchas otras nacionalidades. También habitaron el barrio el payador Gabino Ezeiza, el cantor Agustín Magaldi y Ángel Villoldo, autor de El Choclo, entre otros personajes importantes del tango.

Mascarón, guirnaldas de hojas y flores,
 balcones de hierro forjado, postigones.
(Solís, esquina México)

Una de los tantos atractivos turísticos de Buenos Aires es su riqueza arquitectónica. Caminando por nuestras calles encontramos hermosas construcciones de diferentes estilos arquitectónicos, consecuencia de la variada población que se estableció en el barrio. Hay notables ejemplos del estilo colonial, renacentista, neoclásico, art nouveau, ecléctico y de muchos otros.
 
Nouveau a la izquierda y neoclásico a la derecha.
(Sáenz Peña 600)
Edificio Italiano del Siglo XIX. (San José al 700)
También podemos ver construcciones unifamiliares, construcciones comunales, palacetes, y las clásicas casas de comienzos del siglo XX, que luego fueron divididas y compartidas por varias familias, conocidas como casas “chorizo” y más tarde, en el mercado inmobiliario actual, como “PH”. Esta variedad no nos debe ser indiferente, ya que define la identidad barrial. Cabe recordar que hasta hace algunos años la Sociedad de Fomento de Montserrat –que hace poco dejó de existir—destacaba con placas los edificios mejor conservados.

Basta con mirar los frentes de las casas, decorados con mármoles, relieves, estucos, rejas de hierro forjado, balcones de diferentes formas, cúpulas, guirnaldas, mascarones, puertas y zaguanes asombrosamente trabajados, para valorar que estas extraordinarias características fueron posibles gracias a los conocimientos y habilidades de artesanos y obreros de décadas pasadas, cuyo saber ya se ha olvidado. De tal manera que esta riqueza histórica y cultural es única. Irrecuperable si se pierde.


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