lunes, 22 de mayo de 2023

El Tambor de Mayo 2023

 El Tambor de Mayo

El Tambor cumple 8 años en las calles y lo celebramos con un número especial de aniversario.

Vas a poder encontrar


Plantar bandera - EDITORIAL

El Tambor cumple un año más llegando a todos los rincones de Montserrat - NOTICIAS

Crucigrama - ENTRETENIMIENTO


Y la sección especial 8 AÑOS EN LAS CALLES

El barrio y su arquitectura - por Rita Manucci

El artista (Teoría de conjuntos) - por Javier García Crocco

La memoria - de Antonio Simavorián

Entre ayer y hoy - por Mariana Gómez Triben

El héroe de Montserrat - por Alejandro Tamargo


El héroe de Montserrat

8 AÑOS EN LAS CALLES

El héroe de Montserrat

Continuando con el recorrido histórico de nuestras publicaciones, siempre es un buen momento para recordar este artículo que repasa parte de nuestra historia.


 

Nuestro héroe barrial nació el 3 de junio 1770, en Buenos Aires, fue el cuarto de once hermanos. Su padre, de origen italiano, se dedicaba al comercio. De su madre, sabemos que era oriunda de la provincia de Santiago del Estero.

Vivieron en la avenida Belgrano, precisamente en el 420.  En ese lugar hoy una pequeña placa de bronce y una bandera Argentina lo recuerdan.

Tenemos conocimiento de que nuestro vecino cursó sus primeros estudios en el Real Colegio San Carlos, actual Nacional Buenos Aires. En 1793 se graduó de abogado en la Universidad de Salamanca, España, volviendo a nuestro país para ocupar el cargo de secretario del Consulado con tan solo 23 años.

Desde allí propuso fomentar la educación y capacitar a la gente para que aprendiera oficios y pudiera aplicarlos en beneficio del país. Creó escuelas de dibujo, de matemáticas y náutica.

En 1806, mientras el Virrey Sobremonte huye hacia Córdoba con parte del Tesoro Nacional, nuestro vecino se incorpora a las milicias criollas para defender a la patria contra una invasión inglesa liderada por el comandante Beresford que, paradójicamente, era estimado y bienvenido por algunos que otros siempre disconformes del lugar.

Posteriormente en 1810 cumple un papel muy importante para que se pueda llevar adelante la Revolución de Mayo y es designado vocal de la Junta Provisional.

Dos años más tarde, en 1812, le otorgan la responsabilidad de guiar al Ejercito del Norte de nuestro país. En el trascurso de dicha obligación crea en Rosario, provincia de Santa Fé, nada más ni nada menos que nuestra bandera.

Después de encabezar el éxodo del pueblo jujeño y seguido de importantes victorias militares, como las de Tucumán y Salta, sufre las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.

En contraprestación por sus servicios, la Asamblea del año XIII, le otorga 40.000 pesos en oro, que él dona para la construcción de cuatro escuelas públicas. Lamentablemente las escuela nunca fueron construidas. La suma donada fue utilizada para otros fines por los sucesivos gobiernos.

Dueño de frases como “el miedo solo sirve para perderlo todo”, “me hierve la sangre al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria”, “la vida es nada si la libertad se pierde”, el 20 de junio de 1820, nuestro héroe barrial muere en la más absoluta pobreza y en la misma casa que lo vio nacer, siendo sólo un diario, El Despertador Teofilantrópico, el que se ocupa de la noticia.

Cabe decir, luego de este sumarísimo repaso, que de la mano de la historia llega a él la justicia en forma de reconocimiento, ya que no es necesario nombrarlo para que todos sepamos de quién se trata.


Entre ayer y hoy

 8 AÑOS EN LAS CALLES

Entre ayer y hoy

por Mariana Gómez Triben


Cuántos años nos separan de aquellos tiempos en que tomábamos mates con los vecinos de la cuadra, en que los chicos usaban la calle como canchita de futbol, o jugaban a las escondidas. Al caer la noche, algún vecino subía el volumen de su combinado y daba ganas de prenderse en un baile colectivo. 

Esas costumbres se han visto reemplazadas. Ya no le pedimos una taza de azúcar al de al lado, ni suenan los timbres del rin- raje. Ahora, es común que no sepamos el nombre del almacenero, ni de la señora que atiende la panadería, mucho menos, el del vecino que vive en el piso diez. Año Nuevo y Navidad se festejan puertas adentro, es difícil encontrar la fiesta en la calle. 

Las formas han cambiado. Y es obvio que estas transformaciones se deben, no solo pero en gran parte, al uso de las nuevas tecnologías que influyen en nuestra manera de relacionarnos con el otro. Sin embargo, pensamos que sería interesante no dar por perdidas aquellas costumbres y establecer puntos de contacto entre aquel eterno ayer y el efímero presente. 

Antes, lo comunitario era asociado al contacto cara a cara, a compartir los espacios del barrio: el club, la plaza, la feria. Hoy por hoy, “lo colectivo” trasciende las barreras espaciotemporales para ubicarse en la mediatización: el celular, el televisor, la computadora, contacto virtual no solo con una persona sino con muchas al mismo tiempo. Personas a las que, muchas veces, no les conocemos las caras ni hemos escuchado sus voces.

Paradojalmente, los espacios se han centralizado. En vez de ir al comercio del barrio vamos al gran mercado y en lugar de ir al cine o al teatro del barrio acudimos a los shoppings.

El tiempo escasea y, probablemente, ese sea el motivo por el que los acontecimientos tengan menos perdurabilidad. Nos queda como consuelo guardar una copia por mucho tiempo en un dispositivo. Hace unos años, si uno olvidaba una receta de cocina, no podía buscarla en la web, se le preguntaba al abuelo, a la abuela. Hoy no hace falta. La receta, o lo que busquemos, está en internet. De tal manera que las palabras parecen sobrar. Por otro lado, estos cambios producen cierta fascinación. Nos suspenden, tienen algo de mágico.

Nos olvidamos del que está al lado nuestro porque estamos pendientes del que está a cientos de kilómetros. Preferimos el contacto virtual; solos, pero sin correr demasiados riesgos. 

A todo esto, la realidad, la calle nos resulta insegura. Pero nos sorprende, por ejemplo, que la murga se organice de forma popular allí mismo, que el cafetero recorra los comercios, que el afilador nos despierte un domingo a la mañana, y un sinfín de vestigios “de otra época” que conviven con la vorágine del presente. 

Creemos que todavía quedan espacios, muy al lado nuestro, por conocer. Personas con las cuales conversar, clubes de barrio que nos están esperando, centros culturales abiertos a la comunidad y muchas cosas para re-descubrir.

Crucigrama

ENTRETENIMIENTO

Crucigrama


Horizontales:

 1 ) Música de Buenos Aires por excelencia, palabra de origen africano.

2)  Característica, la Virgen de Montserrat es una virgen…

3)  Prestigioso escritor que vivió en la Av. Belgrano y San José.

4)  Instrumento musical típico de nuestro barrio.

 5) Sobre la Avenida 9 de julio circula la línea C del subterráneo y en la superficie los carriles exclusivos para el Metro…

 

Verticales:

1) Sobrenombre de la tristemente conocida como “la envenenadora de Montserrat”.

2) Número de comuna a la que pertenece Montserrat.

3) Comida típica del barrio, nombre por el cual durante mucho tiempo se lo llamó.

4) Primer navegante europeo en llegar al Río de la Plata, calle que atraviesa nuestro barrio.    


La memoria

 8 AÑOS EN LAS CALLES

La memoria

de Antonio Simavorián

                                                                                                                Foto- Yamila Williams

Cada vez que me trepo a la memoria siento una especie de corriente, una descarga movilizadora, cargada de sensaciones épicas.

 Recordar, para los individuos de la urbanidad, los de la selva de cemento, los de las ciudades como Buenos Aires, suele parecerse a una batalla.

 Todo, entre el fárrago de autos y desigualdades cotidianas, resulta tan tormentoso, como esos encuentros del pasado guerrero, donde se dejaba la vida por una causa y muchas veces, por una excusa.

 Nada es tan importante que otrora podía llamarse lealtad, coraje, entrega… ha sido tan bastardeado en estos años de microchips y licuadoras, que da pena considerar la remota posibilidad de ser un héroe, de quedar en la historia como una carne de cañón ilustre.

 Nuestra valentía debería sintetizarse en la capacidad de recordar. De atrevernos a vencer las vicisitudes del entendimiento de una manera valiente y unívoca. Tomar la lanza de la memoria y arremeter furiosamente contra el olvido pernicioso.

 Para ello, deberíamos asumir actitudes gregarias, deberíamos deleitarnos con el agrupamiento hasta el punto de aparearnos, de amarnos.

 No aceptar con resignación el supuesto esbozado en un tango, el verdadero amor se ahogó en la sopa… Las lecciones pretenden aprendizajes. No necesariamente nos debe atropellar un auto para entender la filosofía de los semáforos. Ser humanos, en poco tiempo más, será un acto revolucionario. Aun siento la emoción de los estandartes y los sueños. Aún, es decir, todavía, la memoria me incita a la batalla. El valiente recuerdo de un poema hecho canción me sigue estremeciendo. Y, sin temor al plagio, grito alborozado…

 Dejadme la esperanza…!

 Dejadme la esperanza….!


El barrio y su arquitectura

 8 AÑOS EN LAS CALLES

El barrio y su arquitectura

por Rita Manucci


Vivimos en Montserrat, un barrio históricamente popular. Parte de él perteneció al radio antiguo de la ciudad. Acá vivieron personas de todos lados, muy diversos. Entre ellos, hemos recibido a miles de inmigrantes españoles, italianos y de muchas otras nacionalidades. También habitaron el barrio el payador Gabino Ezeiza, el cantor Agustín Magaldi y Ángel Villoldo, autor de El Choclo, entre otros personajes importantes del tango. Una de las tantos atractivos turísticos de Buenos Aires es su riqueza arquitectónica. Caminando por nuestras calles encontramos hermosas construcciones de diferentes estilos arquitectónicos, consecuencia de la variada población que se estableció en el barrio. 

Hay notables ejemplos del estilo colonial, renacentista, neoclásico, art nouveau, ecléctico y de muchos otros. También podemos ver construcciones unifamiliares, construcciones comunales, palacetes, y las clásicas casas de comienzos del siglo XX, que luego fueron divididas y compartidas por varias familias, conocidas como casas “chorizo” y más tarde, en el mercado inmobiliario actual, como “PH”. Esta variedad no nos debe ser indiferente, ya que define la identidad barrial. Cabe recordar que hasta hace algunos años la Sociedad de Fomento de Montserrat destacaba con placas los edificios mejor conservados. 

Basta con mirar los frentes de las casas, decorados con mármoles, relieves, estucos, rejas de hierro forjado, balcones de diferentes formas, cúpulas, guirnaldas, mascarones, puertas y zaguanes asombrosamente trabajados, para valorar que estas extraordinarias características fueron posibles gracias a los conocimientos y habilidades de artesanos y obreros de décadas pasadas, cuyo saber ya se ha olvidado. De tal manera que esta riqueza histórica y cultural es única. Irrecuperable si se pierde.

Plantar bandera

 EDITORIAL

Plantar bandera


Mayo, mes revolucionario; mes fundacional para nuestra patria. Durante años nos hemos pasado buscando recortes en revistas, imágenes de los “próceres”, información para llevar a la escuela. Hoy día, es bastante distinto. El procedimiento, porque la historia es la misma.

Siempre es complicado mirarlo, porque depende de cómo se cuente; de quién la cuente. Poco se sabe del final de la vida de Mariano Moreno, o de la trayectoria de Manuel Belgrano –en este número nos animamos a recuperar algo de eso. La grieta, la famosa grieta que tiene más de 200 años, pasa por la discusión sobre qué intereses se defienden, sí los nuestros o los foráneos. Es tan simple como eso. Lo demás, es cotillón –más allá de que existen matices, por supuesto.

Cuando decidimos fundar “El Tambor” hace 8 años, una de las primeras cosas que nos dijimos a nosotrxs mismos fue, retomar el nombre de las principales calles de nuestro barrio y recuperar su historia o al menos, saber por qué hay una avenida que se llama Julio Argentino Roca y una calle que se llama Hipolito Yrigoyen. Pero inicialmente, esa idea surgió por encontrarnos con un mensaje hegemónico reproducido por los principales medios de comunicación con los cuales no coincidíamos. Entonces, en vez de quedarnos discutiendo sí tal medio estaba tergiversando o tan solo mostrando un enfoque de tal o cual cosa, decidimos lanzarnos a esta experiencia de ser nosotrxs quienes decidiéramos qué contar.

Limitantes, tenemos muchos. Nos gustaría tener más páginas, imprimir más ejemplares, llegar a más lugares. Hoy, la situación es mucho más compleja que en 2014 cuando tomamos la decisión, que en 2016 cuando pudimos imprimir la primera tirada y que en 2020 previo a la pandemia.

Atrevesamos momentos complejos. Una crisis económica inédita. Indicadores que marcan que el nivel de desocupación ronda el 6%. Nivel de pleno empleo, pero con salarios muy magros. Personas que deben, además de su trabajo, conseguirse alguna changa por que no llega a fin de mes. Niveles inflacionarios altísimos, pero a su vez, mucha informalidad en la economía que, de alguna manera, explica el nivel de actividad en la calle –si no, no se explican los bares llenos, los restaurantes llenos, los boliches llenos, recitales con entradas caras que se agotan en horas, entre otras tantas situaciones anómalas que se dan.

Pareciera ser, que más allá de la crisis –que existe, es tangible- hay un estado de ánimo por el piso. No se está interpretando correctamente el momento; se ve un estado de ánimo peor, más bajo, que la realidad que nos rodea día a día. Y, efectivamente, allí también ingresan los medios de comunicación. Como alguna vez dijo Jorge Lanata en su programa en Canal 26 (antes del pase al Grupo Clarín), mostrando el mapa de medios y quiénes son los que lo administran. “Es como un teatro de marionetas visto desde atrás, pero la marioneta sos vos”, dijo. Y agregó: “Estos son los tipos que manejan parte de tus horas libres, de tus deseos, de tus ganas de consumir, de tus simpatías políticas y, lo que es peor de todo, de tu libertad”. No es que este acontecimiento nos motivó a fundar “El Tambor”, no. Pero parte de eso hay. No nos rendimos ante esta situación. Decidimos plantar bandera y comunicar de otra manera, desde nuestro rinconcito del mundo. Desde nuestro barrio, desde Montserrat. Desde aquí, decidimos contar otra cosa; mostrar que hay otra manera de ver las cosas; de relacionarnos, de compartir, de querer nuestra tierra, nuestras plazas, nuestras esquinas. Tenemos que recuperar la estima, que evidentemente, es lo que está faltando. “El Tambor” cumple 8 años en la calle, y es motivo para festejarlo. ¡Muchas gracias por acompañarnos!


El artista

 El artista 

(Teoría de conjuntos) 

de Javier García Crocco

El artista dice algo realmente brillante y revolucionario. Algo nuevo, un atajo, un precipicio por donde se escurre lo otro: lo que es sentido común, lo normal, lo que debe pensarse. El dueño de lo normal, cansado de hacer todos los días la gimnasia de encontrar el punto medio de los extremos que desconoce, lo escucha, queda perplejo, pero a tiempo da una risotada y lanza sobre lo dicho una red. Dice: éste es un loco, un artista. Entonces, aliviado, vuelve a reírse. Sabe que eso es suficiente. La red ya cayó sobre el artista y hará lo suyo. Un loco realmente ingenioso,  agrega el más cuerdo de todos buscando complicidad, porque siempre buscan complicidad, aliados, camaradería, otros que agreguen comentarios a lo ya dicho. Redes y más redes. Es la manera que tienen de hacer valer sus débiles convicciones. Entre tanto, el artista tratará de escapar, de huir, de deshacerse de los nudos, de los lazos. Y cuanto más se esfuerce por lograrlo, más lo llamarán genio, artista, loco. Todo para que lo dicho, lo expresado, lo irremediable, aquello que causó perplejidad, aquello que era lo nuevo, lo diferente, viaje ahora dentro de un paréntesis: la obra de arte. Exhibida o publicada, detrás de un vidrio, o entre las tapas de un libro, siempre dentro del paréntesis, para que todo siga normal, como si los artistas nada tuvieran que hacer entre nosotros.




El Tambor cumple un año más llegando a todos los rincones de Montserrat

 8 AÑOS EN LAS CALLES

El Tambor cumple un año más llegando a todos los rincones de Montserrat

No se cumplen años todos los días y es por eso que decidimos hacer un repaso y recuperar algunos artículos publicados a lo largo de todo el recorrido que venimos llevando. El Tambor, un proyecto desarrollado a pulmón, pero hecho con mucho corazón.


Hace 8 años atrás, un grupo de pibes y pibas decidimos fundar un medio de comunicación. Un medio alternativo a lo que veíamos en la cotidianidad. Por supuesto, que no tiene la potencia, que quisiéramos que tenga. Soñamos con tener más impresiones, más llegada, ser más influyentes; sin embargo, no es lo principal.

Es curioso como los de más rating, los de más vistas en sus sitios web, se alinean con facilidad para instalar temas; o en realidad, no sé si hay que calificarlo como curioso, a estas alturas, ya no sorprende nada. Pero parte de ese primer espíritu que rondaba a principios de 2014 era ese; poder ser una voz nueva y distinta.

Costó; costó juntarnos, organizarnos, ponernos de acuerdo; encontrar el método, producir las notas, salir a buscar noticias, diseñar, conseguir financiamiento, imprimir. Eso; imprimir. ¿Cuántos ejemplares? ¿Cuántos ejemplares imprimir en una época donde los medios de comunicación gráficos están en pleno proceso de reconversión? Como bien mencionaba líneas atrás, en 2014 la discusión era bastante más distinta que ahora. Tardamos un año y medio en salir a la calle con nuestro primer periódico impreso. Fácil no fue.

Pensamos que el primer número tenía que tener una entrevista a alguien conocido, algo que funcione como gancho. Opciones teníamos muchas, elegimos entrevistar a Juan Subirá, tecladista de Bersuit Vergarabat, la histórica banda de rock con más de 30 años y que, en ese momento, estaba dando un mensaje muy claro desde los escenarios. Podríamos haber elegido otras opciones; hoy día sigue siendo la nota más leída en nuestro sitio web. A partir de allí, buscamos muchas alternativas; noticias barriales, de interés general, columnas sobre actualidad, entrevistas. Y además, intentamos ir un poco más allá.

Nos animamos a presentarlo; a invitar a que quienes escriben artículos los puedan comentar, explicarlos, transmitir el mensaje desde otro lugar. Lo hicimos en La Trama y en El Ghueto (espacios culturales que extrañamos desde la pandemia), en el Bonafide de Entre Ríos y Venezuela, en la Plaza Montserrat y hasta en la esquina de Belgrano y Entre Ríos, donde solemos distribuirlo una vez por mes. Organizamos conversatorios, incluso, hasta de política internacional.

Fuimos la voz de los vecinos y vecinas de Montserrat en foros, en el Consejo Consultivo de la Comuna 1; en las audiencias por aumentos de servicios públicos (del Gas, en la Usina del Arte en 2018, en Parque Chacabuco para el aumento de subte en 2019). Caminamos el barrio, realizamos encuestas, relevamos sensaciones, sentimientos, demandas. Organizamos campañas solidarias para días de las infancias o momentos críticos para familias del barrio.

La legisladora Lucía Cámpora presentó un proyecto para que nuestra publicación fuera declarada de interés cultural para la Ciudad de Buenos Aires. Por algunos motivos, aun no se aprobó en el recinto –se imaginarán.

Podríamos seguir enumerando cosas que hicimos, pero quizá sea mejor enfocarse en lo que viene. Y lo que viene, estimados y estimadas, es seguir escribiendo. Es seguir transmitiendo, informando, comunicando, luchando. Porque la única manera de conseguir nuestros sueños es por ese camino. No por el camino del conformismo o de ser comentaristas desde una silla en nuestras casas o desde el lugar que fuere. Porque otros caminaron, nosotros caminamos para que otros caminen. Porque otros escribieron, nosotros escribimos para que otros, sigan animándose, y escriban también.