EDITORIAL
Plantar bandera
Mayo, mes revolucionario; mes fundacional para nuestra patria. Durante años nos hemos pasado buscando recortes en revistas, imágenes de los “próceres”, información para llevar a la escuela. Hoy día, es bastante distinto. El procedimiento, porque la historia es la misma.
Siempre es complicado mirarlo,
porque depende de cómo se cuente; de quién la cuente. Poco se sabe del final de
la vida de Mariano Moreno, o de la trayectoria de Manuel Belgrano –en este
número nos animamos a recuperar algo de eso. La grieta, la famosa grieta que
tiene más de 200 años, pasa por la discusión sobre qué intereses se defienden,
sí los nuestros o los foráneos. Es tan simple como eso. Lo demás, es cotillón
–más allá de que existen matices, por supuesto.
Cuando decidimos fundar “El
Tambor” hace 8 años, una de las primeras cosas que nos dijimos a nosotrxs
mismos fue, retomar el nombre de las principales calles de nuestro barrio y
recuperar su historia o al menos, saber por qué hay una avenida que se llama
Julio Argentino Roca y una calle que se llama Hipolito Yrigoyen. Pero
inicialmente, esa idea surgió por encontrarnos con un mensaje hegemónico
reproducido por los principales medios de comunicación con los cuales no coincidíamos.
Entonces, en vez de quedarnos discutiendo sí tal medio estaba tergiversando o
tan solo mostrando un enfoque de tal o cual cosa, decidimos lanzarnos a esta
experiencia de ser nosotrxs quienes decidiéramos qué contar.
Limitantes, tenemos muchos. Nos
gustaría tener más páginas, imprimir más ejemplares, llegar a más lugares. Hoy,
la situación es mucho más compleja que en 2014 cuando tomamos la decisión, que
en 2016 cuando pudimos imprimir la primera tirada y que en 2020 previo a la
pandemia.
Atrevesamos momentos complejos.
Una crisis económica inédita. Indicadores que marcan que el nivel de
desocupación ronda el 6%. Nivel de pleno empleo, pero con salarios muy magros.
Personas que deben, además de su trabajo, conseguirse alguna changa por que no
llega a fin de mes. Niveles inflacionarios altísimos, pero a su vez, mucha
informalidad en la economía que, de alguna manera, explica el nivel de
actividad en la calle –si no, no se explican los bares llenos, los restaurantes
llenos, los boliches llenos, recitales con entradas caras que se agotan en
horas, entre otras tantas situaciones anómalas que se dan.
Pareciera ser,
que más allá de la crisis –que existe, es tangible- hay un estado de ánimo por
el piso. No se está interpretando correctamente el momento; se ve un estado de
ánimo peor, más bajo, que la realidad que nos rodea día a día. Y,
efectivamente, allí también ingresan los medios de comunicación. Como alguna
vez dijo Jorge Lanata en su programa en Canal 26 (antes del pase al Grupo
Clarín), mostrando el mapa de medios y quiénes son los que lo administran. “Es
como un teatro de marionetas visto desde atrás, pero la marioneta sos vos”,
dijo. Y agregó: “Estos son los tipos que manejan parte de tus horas libres, de
tus deseos, de tus ganas de consumir, de tus simpatías políticas y, lo que es
peor de todo, de tu libertad”. No es que este acontecimiento nos motivó a
fundar “El Tambor”, no. Pero parte de eso hay. No nos rendimos ante esta
situación. Decidimos plantar bandera y comunicar de otra manera, desde nuestro
rinconcito del mundo. Desde nuestro barrio, desde Montserrat. Desde aquí,
decidimos contar otra cosa; mostrar que hay otra manera de ver las cosas; de
relacionarnos, de compartir, de querer nuestra tierra, nuestras plazas,
nuestras esquinas. Tenemos que recuperar la estima, que evidentemente, es lo
que está faltando. “El Tambor” cumple 8 años en la calle, y es motivo para
festejarlo. ¡Muchas gracias por acompañarnos!
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