8 AÑOS EN LAS CALLES
El héroe de Montserrat
Continuando con el recorrido histórico de nuestras publicaciones, siempre es un buen momento para recordar este artículo que repasa parte de nuestra historia.
Nuestro héroe barrial nació el 3 de
junio 1770, en Buenos Aires, fue el cuarto de once hermanos. Su padre, de
origen italiano, se dedicaba al comercio. De su madre, sabemos que era oriunda
de la provincia de Santiago del Estero.
Vivieron en la avenida Belgrano,
precisamente en el 420. En ese lugar hoy
una pequeña placa de bronce y una bandera Argentina lo recuerdan.
Tenemos conocimiento de que nuestro
vecino cursó sus primeros estudios en el Real Colegio San Carlos, actual
Nacional Buenos Aires. En 1793 se graduó de abogado en la Universidad de
Salamanca, España, volviendo a nuestro país para ocupar el cargo de secretario
del Consulado con tan solo 23 años.
Desde allí propuso fomentar la
educación y capacitar a la gente para que aprendiera oficios y pudiera
aplicarlos en beneficio del país. Creó escuelas de dibujo, de matemáticas y náutica.
En 1806, mientras el Virrey
Sobremonte huye hacia Córdoba con parte del Tesoro Nacional, nuestro vecino se
incorpora a las milicias criollas para defender a la patria contra una invasión
inglesa liderada por el comandante Beresford que, paradójicamente, era estimado
y bienvenido por algunos que otros siempre disconformes del lugar.
Posteriormente en 1810 cumple un
papel muy importante para que se pueda llevar adelante la Revolución de Mayo y
es designado vocal de la Junta Provisional.
Dos años más tarde, en 1812, le
otorgan la responsabilidad de guiar al Ejercito del Norte de nuestro país. En
el trascurso de dicha obligación crea en Rosario, provincia de Santa Fé, nada
más ni nada menos que nuestra bandera.
Después de encabezar el éxodo del
pueblo jujeño y seguido de importantes victorias militares, como las de Tucumán
y Salta, sufre las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.
En contraprestación por sus
servicios, la Asamblea del año XIII, le otorga 40.000 pesos en oro, que él dona
para la construcción de cuatro escuelas públicas. Lamentablemente las escuela
nunca fueron construidas. La suma donada fue utilizada para otros fines por los
sucesivos gobiernos.
Dueño de frases como “el miedo solo sirve para perderlo todo”,
“me hierve la sangre al observar tanto
obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco
de interés por la patria”, “la vida es nada si la libertad se pierde”, el 20 de junio de 1820, nuestro héroe barrial
muere en la más absoluta pobreza y en la misma casa que lo vio nacer, siendo
sólo un diario, El Despertador Teofilantrópico, el que se ocupa de la noticia.
Cabe decir, luego de este sumarísimo
repaso, que de la mano de la historia llega a él la justicia en forma de
reconocimiento, ya que no es necesario nombrarlo para que todos sepamos de
quién se trata.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario