viernes, 21 de junio de 2019

Los comercios de Montserrat


CAMINANDO EL BARRIO

Los comercios del barrio

Por Martín Ciraolo.

La situación económica se hace más cruda a medida que pasan los días. Uno de los tantos sectores que la padece, son los comerciantes del barrio. Un equipo de El Tambor salió a recabar algunos datos.

  
Caminando las calles y las avenidas del barrio, nos llamó poderosamente la atención la cantidad de persianas bajas. Y, como cada vez que algo nos llama la atención, decidimos descubrir, o al menos, averiguar el por qué del asunto.
Preguntando, conversando, nos encontramos con frases hechas, en tiempos de Mauricio Macri, por supuesto: tarifas exorbitantes, caída notable del consumo, alquileres excesivamente altos y prácticamente impagables.
Ahora bien. ¿Es solo es eso? ¿Solo esos tres factores? ¿No hay nada más? Decidimos entonces hacer una encuesta de tres ítems para no quedarnos con lo que nos parecía hasta ese momento respuestas prefabricadas.
Tomamos como radio, las calles Hipólito Yrigoyen, Saénz Peña, Independencia y la avenida Entre Ríos.
Empezamos por lo obvio. “¿Cómo le está yendo a su comercio?”
De las tres opciones que dimos (bien, regular, mal), sin titubear el 57% aseguró que la situación es mala. Por “sentido común” pensamos que en las avenidas, debido a la mayor circulación de gente, el impacto no debería sentirse tanto. Pero, por el contrario, los comerciantes que dijeron “regular”, son los que se ubican en las calles internas; lo que demuestra que son los vecinos del barrio los que sostienen a sus comercios.
Aun así, hay un montón de negocios emblemáticos que han bajado sus persianas, como lo es el caso de “Tío Angel” en Virrey Cevallos y México, o la panadería “Tanoira” sobre Entre Ríos, el café King Sao de Independencia y Entre Ríos, el mítico restaurante Hispano de la calle Salta, etc.


Continuando con el análisis, en una segunda pregunta a la hora de investigar sobre las causas, el 42% de los encuestados le achaca el mal funcionamiento de su negocio a la caída del consumo y, en segundo orden, al aumento de los alquileres de los comercios. Por último, en el tercer ítem, pedimos que compararan la situación actual respecto del año anterior. A la que respondieron entre mal y muy mal un 66 %.

Ahora, bien. Si nos fijamos bien entre la primera pregunta y la última la perspectiva negativa creció un 9 %.   

Más allá de que al responder en un tercer ítem, el encuestado entra en confianza para expresarse con mayor sinceridad, esto pone de manifiesto que cuesta reconocer ante un tercero que no todo sale como uno desea, sea por una cuestión de imagen comercial o en el fondo por el precepto meritocrático de que si te va mal, el culpable sos vos. 



Dejando de lado los datos duros, lo que podemos ver a simple vista, es que el vecino, la vecina de a pie, continua eligiendo los “comercios de siempre”. La confianza que inspira el puesto de diarios de la esquina, la carnicería del barrio, la librería de a la vuelta; y, en mayor o menor medida, sigue siendo la fuente de resistencia de los comercios que la pelean todos los días. Sin embargo, parece que solo con la lealtad a los nuestros no alcanza. Con un dólar a $45, con las tarifas de los servicios públicos y la nafta dolarizada, es una verdadera epopeya hacerle frente a una economía recesiva. Es así como estos factores no solo impactan en lo estrictamente económico, sino también en el ánimo de los vecinos, y los comerciantes. Pocos y pocas son los que se pueden imaginar un  futuro con esperanza si es que no hay cambios en el modelo económico que prima hoy día.



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