MIRADAS
La importancia de una correcta nutrición
Por Víctor González
La nutrición es el proceso biológico en el que los organismos asimilan los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el crecimiento y el mantenimiento de sus funciones vitales. La nutrición también es el estudio de la relación que existe entre los alimentos, la salud y especialmente en la determinación de una dieta equilibrada con bases en la pirámide alimentaria.
Existen seis clases de nutrientes esenciales que el cuerpo necesita: carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua. En 1996 la Organización Mundial de la Salud (OMS) se aseguró que, “más que el hambre, el verdadero reto hoy en día es la deficiencia de micronutrientes (vitaminas, minerales, y aminoácidos esenciales) que no permiten al organismo asegurar el crecimiento y mantener sus funciones vitales”. Pero muchísimo tiempo antes, en el año 400 AC, Hipócrates, considerado el “padre de la medicina”, afirmó: “deja que la comida sea tu medicina y la medicina sea tu comida”.
Si la alimentación no es buena, pueden surgir enfermedades relacionadas con ello, ya sea por una mala dieta, por carencia o exceso, o por ingesta de alimentos de mala calidad. Esto puede desembocar en anemia, arterioesclerosis, algunos tipos de cáncer, diabetes, obesidad, hipertensión arterial, avitaminosis, desnutrición, bocio endémico, bulimia nerviosa, anorexia nerviosa y/o vigorexia. Además, ciertas enfermedades que afectan al intestino delgado pueden provocar una incorrecta absorción de los nutrientes, ya sea la celiaquía sin diagnosticar -ni tratar- y la enfermedad de Crohn.
llegan, evitando al mismo tiempo a toda costa los recortes en servicios esenciales como la asistencia sanitaria y la educación”.
A nivel mundial, en 2019 en una publicación en conjunto, organizaciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (F.A.O.), Programa Mundial de Alimentos (P.M.A.), U.N.I.C.E.F., Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (F.I.D.A.) y la O.M.S., todas ellas coinciden en afirmar que, “con el fin de proteger la seguridad alimentaria y la nutrición, resulta fundamental disponer de políticas económicas y sociales que combatan los efectos de los ciclos económicos adversos cuando estos llegan, evitando al mismo tiempo a toda costa los recortes en servicios esenciales como la asistencia sanitaria y la educación”.
Esto desemboca en una conclusión que no puede sernos esquiva: la nutrición es de carácter importantísimo y debe ser un asunto de Estado. Debe haber políticas que encabecen los diferentes gobiernos destinadas a atender este tema, sobre todo, en los primeros años de vida.
En Argentina, el Ministerio de Desarrollo Social posee un área de nutrición, cuya tarea está directamente ligada a preservar y mejorar el estado de nutrición en mujeres en edad fértil, niñxs y adolescentes por medio de un control apropiado, haciendo énfasis en la educación alimentaria, la promoción de estilos de vida saludable, la captación y rehabilitación nutricional de la población mal nutrida. A su vez, el Ministerio de Salud tiene dentro de sus tareas llevar adelante una Red Federal de Educadores en Inocuidad y Calidad Nutricional de los alimentos (creada por la Disposición ANMAT 4728/2019) cuyo fin es promover información a través de encuentros federales, capacitaciones virtuales, elaboración de materiales pedagógicos y técnicos, entre otras tareas.
La actual situación por la que atraviesa el país, sobre todo en materia económica, generó que se haya adoptado una medida próxima a implementarse que es la de la Tarjeta Alimentaria, destinada a aquellas personas que tengan hijxs menores de 6 años y les permitirá acceder a la compra de alimentos por el monto de $4000 (exceptuando bebidas alcohólicas), si tienen un hijo, y $6000 si tienen dos o más. No será necesario realizar un trámite previo porque su implementación será automática tras cruzar las bases de datos de ANSeS (beneficiarios de Asignación Universal por Hijo). También la recibirán embarazadas y personas con alguna discapacidad que reciban la AUH. Esta tarjeta se irá implementando por etapas en las distintas provincias de nuestro país, en un intento de empezar a solucionar (o en principio paliar) el 40% de pobreza que sufrimos hoy día.
Queda claro que, para darle una solución definitiva al problema de la mala nutrición -o incluso a estas alturas podríamos hablar de “hambre”- será necesario establecer un marco de políticas inclusivas, directamente alineadas a los intereses de los sectores más afectados. Sobre todo, en un país como el nuestro: gran exportador de materias primas, el “granero del mundo”, que a estas alturas del campeonato, aún tiene alarmantes niveles de pobreza.
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