INTERÉS GENERAL
¿Cambiamos los hábitos?
Por Claudio Ibarra
La pandemia aún no ha terminado,
pero hay algunas cosas que ya conocemos, que ya manejamos. Entre esas,
aprendimos a cuidarnos un poco mejor. En esa vorágine de aprender nuevas
rutinas, adoptar nuevos comportamientos y seguir nuevas normas, hay cosas que
parecieran haber llegado para quedarse, como así también hay otras que ¡cómo se
extrañan!
Aquí haremos un breve repaso de
aquellos aspectos de la vida cotidiana que, si bien parecen obvios a esta
altura del campeonato, ya son parte de la “nueva normalidad”.
1. No más contacto físico.
“Hola amiga, ¿cómo estás?” y ya
no hay más beso ni abrazo. Ahora es codito, puño, quizás una palmada y acto
seguido, sanitización de manos. ¿Cuánto extrañamos saludar con un beso a un
amigo, a una conocida, a un familiar, a algún compañerx de trabajo?
Seguirá quedando en la espera si
es que queremos continuar siendo responsables con nuestros afectos.
2. Mate individual.
Otra de las costumbres que se ha
visto modificada por la llegada del Covid 19 tiene que ver con el mate. ¡El
mate! Ese ritual sagrado, la ronda, el compartir, el momento. Todo eso perdura,
pero ahora cada uno debe tener su mate. ¡Y nada de andar usando mates con dos o
tres bombillas, que es lo mismo que nada! Misma suerte corre para los vasos:
ahora debemos identificarlos, no perderlos de vista. Tampoco compartir una
bebida del pico o recipiente. Por ahora, tampoco.
3. Frecuente lavado de manos y
uso de alcohol en gel.
¿Quién hubiese pensado que el
alcohol sería parte cotidiana de nuestros días? Durante mucho tiempo, la
higiene de manos se restringía a momentos en los cuales debíamos tocar algo que
no debía ser manchado, o bien antes del almuerzo o la cena (dejamos de lado a profesionales
cuyas actividades el lavado frecuente es similar a la situación de todxs hoy
día). Hoy día, después de un año, entendimos que es central que nuestras manos
estén limpias, que el uso de agua y jabón es contundente a la hora de ponerle
un freno al Covid y que, en caso de no tener esa posibilidad, es imperativo utilizar
alcohol en gel para mantenernos limpios.
4. Uso de tapabocas o barbijo.
Las postales en las calles del mundo
han cambiado; las fotos, lo mismo. Ya todo el mundo lleva puesto su tapaboca, su
barbijo y, en caso de no llevarlos, ya hay mucha gente que reprende esas
actitudes para que el cuidado sea colectivo. Los primeros momentos, que fueron
complicados hasta la adaptación, ya han pasado. Ya se adoptó la costumbre. Y
necesitamos que así siga siendo, hasta que podamos estar inmunizados contra el Covid.
5. Adiós a las fiestas
multitudinarias.
Más allá de algunos deslices y de
que en algunos lugares se hayan tomado algunas licencias, las fiestas y eventos
masivos son parte del pasado pre-Covid. Extrañamos horrores las fiestas, los
recitales, las reuniones con amigos, cumpleaños plagados de gente, tertulias
familiares. Ahora, cada reunión con un puñado de gente, se realiza al aire
libre. A pesar del frío o del calor, la consigna no varía: al aire libre y con
distancia social de metro y medio.
Podríamos seguir enumerando
costumbres: la utilización del codo para estornudar, la forma de viajar en
transporte público, la pérdida del hábito del deporte colectivo (aunque de a
poco se esté recuperando), tomarnos la temperatura de manera constante, estar
atentos a los síntomas similares al COVID.
Y vos, ¿qué hábitos cambiaste?
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