lunes, 24 de octubre de 2022

Los peligros de virar a estribor

 EDITORIAL

Los peligros de virar a estribor

Por Martín Ciraolo



Hace unos días atrás, caminando por la calle México, dos hermanos se dirigían junto a su madre en dirección a la escuela. Uno de ellos, relataba que le faltaba un elemento para una de las clases que tenía durante el día. Mientras su hermano le minimizaba el problema, la madre intentaba comprender, más allá de marcarle que era su responsabilidad haber conseguido el material. 

Más tarde, en la oficina, escucho a uno de mis compañeros contar que se le traspapeló un documento; eso implica que un tercero tenga inconvenientes ante esa falta. Pasa otra persona, le llama la atención y le exige encontrarlo. 

En el subte, una flaca que se tomaba del pasamanos para no caerse, habla por teléfono celular. Le comenta a alguien más que del otro lado escucha, que se olvidó de comprar carne picada para las empanadas que iba a cocinar un rato más tarde. 

Cada una de estas situaciones, no dejan de ser problemas. Problemas que, para quien lee estas líneas pueden resultar situaciones nimias, insignificantes. Ahora bien, para estas tres personas, tienen grados de complejidad altos. El pibe, no tiene el material para afrontar la clase: le llamarán la atención o bien, le podrá costar una mala nota. El trabajador -quién recibió un llamado de atención- puede complicarse aun más: podría caberle una suspensión. La chica del subte, se queda sin comida para la gente que debe recibir. 

Todos tienen solución. Alguno será más o menos grave que el otro. Sin embargo, quienes estamos con el periódico en mano, el celular, Tablet o pc de la que tengamos acceso a leer estas líneas, debemos hacer el ejercicio de comprender que, a pesar de que parezca algo pequeño, para la otra persona puede ser una situación de extrema gravedad. Ser tolerantes con quien tenemos en frente; comprender que existen normas elementales y básicas en esta sociedad, a las cuáles no tenemos ningún tipo de intención de tener que rediscutirlas cuando ya son debates saldados. 

En tiempos donde algunos se jactan de pedir la lista de los 30 mil detenidxs desaparecidxs o que resulte “normal” que las fuerzas de seguridad vayan a la casa de estudiantes que ejercen su derecho a manifestarse de manera pacífica, mientras reclaman por mejoras edilicias, de las viandas y sus condiciones para poder estudiar, creemos desde este pequeño y humilde rincón de Montserrat, que más que nunca hay que poner las barbas en remojo. Que como sociedad tenemos la oportunidad histórica de no retroceder en el tiempo; de no naturalizar discursos o prácticas que solo conducen a ser menos tolerantes. Costó mucho tiempo, mucha sangre, mucho dolor. Que el barco vire a estribor tiene consecuencias complejas. Muchas. 

Volvamos a lo esencial, que es respetar a quien tenemos en frente; a ser tolerantes con los demás. Porque, si bien nadie tiene la verdad absoluta, ya hay cuestiones que hemos podido saldar como sociedad, aunque algunos se jacten de decir barbaridades por ahí. 

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