Vandalizaron el monumento a María Remedios del Valle, Madre de la Patria
El pasado primero de septiembre la historia argentina sufrió un acto de vandalismo que honra los peligrosos discursos de odio y discriminación que vemos tan reivindicados últimamente. A diez meses de su inauguración y luego de conmemorarse el día internacional de los Afrodescendientes, el monumento ubicado en la Plazoleta Alfonso Castelao – Av. Independencia y 9 de Julio- en homenaje a la mujer militar afroargentina María Remedios del Valle fue vandalizado hasta el punto de convertirse en cenizas, a la fecha no se ubicaron a los responsables.
La reivindicación
de la figura de María Remedios es una lucha histórica, como tantas otras, de la
comunidad afroargentina ya que su papel fue fundamental en la conformación de
la Patria que hoy conocemos. Nació en 1766 en el seno de una familia humilde de
origen afrodescendiente de Buenos Aires formando parte de los sectores
populares y marginados de la colonia. Se unió, junto a su marido y dos hijos a
quienes perdió en batalla, al Ejército del Norte en la primera expedición al
Alto Perú al mando de Manuel Belgrano quien le confirió el grado de Capitana
del Ejército por su participación en el frente y por el cuidado de los soldados
en las victorias de Tucumán y Salta (1812 y 1813), y en las derrotas de
Vilcapugio y Ayohuma (1813).
Fue denominada por
sus compañeros como “Madre Patria”, sin embargo, la desigualdad étnica, sumada
a su condición de mujer popular en un Buenos Aires fuertemente colonialista,
hizo que sufriera el silenciamiento en la historia como parte de los héroes de la
patria. Su vejez transcurrió en la pobreza, sobreviviendo de limosnas y
mendrugos, hasta 1829 cuando la Sala de Representantes de la Provincia de
Buenos Aires le concedió el cargo de sargento mayor de caballería, y más tarde
el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, decretó su jerarquía de
mayor de caballería, el cual significaba un resarcimiento económico mucho
mejor. Por esto, en muestra de gratitud hacia quien la sacó de la miseria,
cambió su nombre por el de Remedios Rosas. Falleció sin el debido
reconocimiento el 8 de noviembre de 1847, fecha en que a partir de la sanción
de la Ley 26.852 se conmemora en Argentina el Día Nacional de las y los
Afroargentinos/as y de la Cultura Afro.
Hoy es importante
repensar y cuidar las bases que hicieron a nuestra nación, nuestros símbolos y
nuestra cultura para no retroceder sobre lo conquistado. No es casual que
semejante acto de odio sea hacia una mujer afro que dio su vida por la
independencia de la Argentina es suficiente con prestar atención para escuchar
a referentes de distintos grupos sociales y políticos fomentando la persecución
y marginación de aquellos que piensan la justicia como un acto social,
pareciese que la construcción de un nuevo proyecto implica dejar afuera a
muchos, de nuevo. El movimiento feminista que volvió a cuestionar un mundo que
funciona a favor de un capitalismo patriarcal logró incomodar a los
privilegiados y estableció el debate en las calles, los hogares y lugares de
trabajo. La militancia acompañada de una sociedad movilizada conquistó la Ley
27.610 la cual garantiza la interrupción del embarazo en el sistema de salud
como derecho si una persona con capacidad de gestar así lo elige, esa libertad
de elección y participación política pareciera seguir molestando hoy tres años
después.
Los derechos
conquistados, entre ellos la soberanía del pueblo argentino, se ponen en debate
históricamente como una forma de dividir a favor de los intereses de una
minoría. Esto solo se puede defender si tenemos una memoria activa que nos
permita seguir avanzando en un proyecto que nos integre a todos. El repudio
hacia estos actos de violencia debe ser colectivo en honor a aquellos que
pusieron y ponen el cuerpo por una patria más justa
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