Por la defensa del sistema democrático
Como todo país de América Latina, la Argentina atravesaba antes del año 2015 por dificultades en su economía que se trasladaban en inconvenientes cotidianos hacia la población. Sin embargo, el Estado supo tomar medidas para el conjunto de la población que facilitaron, de una u otra forma, sostener la calidad de vida, obviamente, no sin dificultades. Nuestros hijxs estudiaban sin mayores problemas, pagábamos nuestras cuentas con regularidad sin grandes sufrimientos y nos alimentábamos con diversidad de alimentos.
De todas maneras, quienes se hicieron cargo del Estado desde diciembre de 2015 inscribieron un relato por el cual acusaron a las gestiones anteriores de generar dificultades en el sistema económico ocasionando serios traumas hacia la sociedad en su conjunto. Sin embargo, esos traumas llegaron desde que la nueva gestión de gobierno tomó medidas que repercutieron sobre la calidad de vida de la población empeorando nuestra economía en lugar de mejorarla como lo habían prometido.
Hoy en día, cualquiera de nosotros tiene presente lo difícil que es contar con el dinero necesario para cubrir los gastos que demanda nuestra vida cotidiana. De mejor manera, pueden explicarlo quienes ni siquiera cubren sus necesidades básicas porque luego de cubrir el costo de los alquileres, impuestos, servicios, educación y alimentos, el día 20 de cada mes comienza un sufrimiento que se manifiesta en frustraciones que no tienen solución. Sufrimiento que se expresa con mayor patetismo en quienes pasaron a estar en situación de calle rompiendo todo vínculo con su entorno.
Hacer el ejercicio de volver el pensamiento hacia atrás nos permitirá darnos cuenta que a pesar de las dificultades que tuvimos durante las gestiones de los gobiernos comprendidas entre los años 2003/1015 nuestra vida cotidiana era más amena y más feliz.
Debemos preguntarnos ¿por qué paso esto?, la única respuesta que podemos encontrar es que el Estado Argentino volvió a endeudarse y a sustraer dinero de los sectores asalariados a través de la reducción de salarios y un soberbio, irracional y perverso aumento de tarifas que lo único que hizo fue trasladar riquezas a empresarios que hoy están en el poder. Transferencia que es acompañada con las fuerzas policiales en la calle, que a cada reclamo por mayor justicia social son utilizadas para amedrentar a la población violando las más elementales reglas del derecho y de la convivencia pacífica.
Como broche de la inscripción del nuevo relato por el cual intentan justificar las políticas de restricción al sistema democrático, encarcelan a dirigentes políticos bajo cargos poco creíbles pero que son acompañados por un poder judicial que participa del juego de poder sin administrar justicia.
Queda claro que para los sectores conservadores que siempre han gobernado la Argentina los sectores populares y asalariados no pueden tener bienestar, tampoco historia de conquistas de derechos y mucho menos líderes que lleven adelante esas banderas porque los encarcelan, motivo por el cual hoy más que nunca los argentinos debemos defender nuestros derechos y conquistas sociales, como siempre supimos hacerlo, en paz y bajo las reglas del sistema democrático como el 17 de octubre de 1945, como cuando recuperamos la democracia en 1983, como lo hicimos en el año 2001. Estos hechos son motivos suficientes para apelar a la conciencia, unión y organización de las fuerzas políticas junto a su pueblo para poner en práctica un proyecto político que nos contenga a todos sin distinción de nivel económico, social o pertenencia política y nos devuelva la ilusión, la autonomía y la libertad que supimos conseguir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario