De la justicia, ni noticias
Por Martín Maydana
En las últimas semanas asistimos a un grotesco espectáculo que parece haber llegado a su punto más álgido (por ahora) con el allanamiento a las viviendas de la ex-presidenta y actual senadora nacional Cristina Fernández. La trama que se nos presenta parece ir y venir entre la fantasía y la realidad.
Mientras por un lado se ve una inédita exposición de relaciones de colusión público-privada alrededor de la obra pública que existen desde tiempos inmemoriales; por el otro también son notables las irregularidades judiciales que se vienen sucediendo en el caso.
La aceptación de supuestas fotocopias de supuestos cuadernos obtenidas ilegalmente como prueba, y las declaraciones de “arrepentimiento” de los acusados bajo amenaza de cárcel, hace difícil, si quiera, intentar recordar un proceso judicial tan marcado por la arbitrariedad y la falta de garantías.
El contexto judicial que rodea los casos de corrupción más recientes tampoco promete justicia, sobre todo si se deja de lado las causas que afectan al Gobierno. Casos que terminan sin pena ni gloria y sin investigación.
Pero veamos el vaso medio lleno, también. Es la primera vez que sale a superficie la participación empresaria en el circuito de distribución ilegal de dinero para la política, con nombres de primer nivel del empresariado local involucrados. Este es un punto que merece mucha reflexión por parte de la Sociedad. Estos empresarios hoy arrepentidos ¿habrán aprendido la lección o volverán a financiar en negro a los partidos políticos el año que viene?
Ojalá no sea así. Ojalá las novedades de este caso pesen más en el largo plazo que las arbitrariedades del juez. Ojalá redunde en el desbaratamiento del histórico cartel empresario de la obra pública y no sea solo un deseo optimista.
Mientras tanto, de esta Justicia del show, nada bueno puede esperarse.
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