sábado, 23 de mayo de 2020

Se necesita personal


REFLEXIONES DE CUARENTENA
Se necesita personal
Por Victor González

El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, justo en el corazón de nuestro barrio.

Desde que se declaró la cuarentena en todo el territorio nacional, sectores económicos  y algunos medios de comunicación manifiestan y presionan para que la economía, no se vea afectada.

Llama la atención que dos o tres años atrás, cuando cerraban pymes día a día y las fábricas dejaban de producir por no poder pagar las tarifas de luz y gas, no parecían estar preocupados por la producción paralizada, muchos menos por el desempleo, ni por la gente que quedaba en la calle.

Ahora, algunos medios, voceros  de estos sectores, que lo único que producen es pobreza, dicen que nos enamoramos de  la cuarentena y nos proponen, palabras más palabras menos, morir todos juntos y de una vez, evidencian una defensa de intereses económicos que solo atienden las necesidades del mercado.

Las personas, en cambio, tenemos otras necesidades. Por ejemplo: desearíamos ser felices, gozar de buena salud, amar a alguien tal vez. Necesidades que “El Mercado” sólo tomaría en consideración si se pudieran contabilizar y comercializar.

Hoy atravesamos días muy dolorosos, víctimas del mal que aqueja a casi toda la humanidad, y los mismos inescrupulosos de siempre, no están dispuestos a una tregua, a diferencia de las mayorías que están dando grandes muestras de solidaridad. Ellos siguen proponiendo divisiones. Lo hacen a través de unos comunicadores que son mandados a distorsionar cualquier información. Insisten en que sólo una parte de la población debe sacrificarse para que unos privilegiados puedan no solo conservar lo mucho que ya tomaron. Ellos quieren  que  salgamos a la calle en medio de una pandemia, que usemos el transporte público y aceleremos el contagio, proponiendo la llamada “teoria del rebaño”, sabiendo que muchos morirían, con el único fin de proteger la economía de mercado. 

Hoy, más que nunca nos tienen de rehenes, frente a sus pantallas y titulares de diarios, nos dicen que la gente está cansada, que el aislamiento prolongado nos perjudica, que ya hay casos muy graves, que la gente pasa necesidades. Es verdad. Muchos estamos entendiendo la necesidad de un Ministerio de Salud,  de la necesidad de un Estado presente, que pueda priorizar la vida y no las leyes del mercado. 

Al parecer, tanto los comunicadores como sus mandantes, estarían preocupados por no encontrar personal que les limpie el baño. Pero, en realidad, la preocupación viene de no saber cuánto durará el tiempo de este Estado presente. Tiempo que dependerá de nosotros.

sábado, 2 de mayo de 2020

Un virus, un enemigo (otro más)

REFLEXIONES DE CUARENTENA
Un virus, un enemigo (otro más)
Por Víctor Gonzalez



Hace ya un buen tiempo, tiempo que sabe a eternidad, que nos enfrentamos a un enemigo que se oculta entre las sombras. Un enemigo casi invisible, pero que no lo es; está allí, tiene peso y forma. Con esfuerzo y lucha se lo puede combatir, pero antes debemos saber quién es, dónde habita, qué lo alimenta y qué lo destruye. 

Se han logrado avances en este sentido. Sabemos que su principal virtud es la de cambiar de forma y penetrar nuestras defensas. Ha logrado confundirse como uno más de los nuestros, es por eso que, debimos extremar las precauciones, mantener las distancias, acomodarnos a nuevos protocolos, usos y costumbres, desconfiar de que cualquier persona que podamos cruzar pues sin ser examinados, no sabemos con exactitud quién puede ser portador. Incluso hasta tener que cubrirnos el rostro como una necesidad casi indispensable. 

Es un agente infeccioso que lo contamina todo , si no nos ocupamos de informarnos debidamente , cualquiera puede ser víctima de sus embustes ,  logra que los más cercanos a nosotros pueda sin saberlo contaminarnos cuando tenemos nuestras defensas bajas .

Al parecer, esta empeñado en privarnos de nuestros derechos y libertades , apropiándose de lo nuestro.

Algunos lograron inmunidad contra sus  ataques,  no sabemos si es cuestión de genética. Lo que sí sabemos , es que estar debidamente informados, reduce sustancialmente el riesgo de ser infectados. También hemos podido aprender a detectar algunos de los síntomas; los infectados tienden a dejar de luchar y comienzan a emitir sonidos, cual si fueran mirlos, extensos y ruidosos argumentos mandados a repetir , una y otra vez , sin importar que las consignas zocaben también, sus propios derechos .

En este punto se hace muy difícil la tarea de combatirlos , por saberlos inimputables, debido a su evidente infección. 

El trabajo es enorme y agotador. Uno por uno tratamos de eliminar la infección sin dañar al portador . Pero como si esto fuera poco, hace más de un mes se declaró una pandemia. En este caso, también se trata de un virus: el Covid 19 se transformó en otro desafío para la humanidad. Claro, el desafío de combatir otro virus y, este en particular es mucho más pequeño y solo se detecta a partir de análisis, nuevas tecnologías y sobre todo, mucho esfuerzo de especialistas. Pero aquí, llevamos una ventaja: muchos de nosotros ya adquirimos la experiencia de combatir bichos tales que no muestran la cara y operan en las sombras. 

En ambos casos, la batalla puede ser eterna. Si algunos caemos en combate, siempre habrá quien recoja nuestra lucha y continue hasta la victoria siempre 

viernes, 1 de mayo de 2020

Un primero de mayo diferente

REFLEXIONES DE CUARENTENA
Un primero de mayo diferente


Si hay algo que desde este humilde medio de comunicación siempre sostuvimos, pregonamos y sostenemos, es el reconocimiento de todxs como trabajadores. Sí; trabajadores, como clase. Es sumamente importante para sentar las bases de un país el reconocernos como lo que somos: trabajadores.

Es cierto que este contexto, es inédito. Es cierto que muchxs de nosotrxs no podemos desarrollar nuestras tareas como estamos acostumbrados. El Covid 19 aparenta haber llegado para cambiar el paradigma de muchas actividades, usos y costumbres que teníamos. Si a esto le sumamos la destrucción del empleo por la cual atravesamos los últimos años, la ola que hay que surfear evidentemente, es bastante grande y complicada.

Estas líneas no apuntan a nada en particular, no pretendemos opinar desde una tribuna o un sillón porque no es nuestra responsabilidad dar una solución. Pero sí es nuestra responsabilidad hacer el aporte como sociedad, respetando nuestro lugar como personas para cuidarnos entre todxs. Y entre esas responsabilidades, también esta la de honrar nuestra condición de trabajadores. 

Creemos que falta menos para que el aislamiento social obligatorio como política de estado continué tan inflexible como hasta ahora. Entendemos que cumpliendo con esa responsabilidad que el gobierno nos está exigiendo nos lleva por buen puerto, pues si no la situación del país se asemejaría a otros que están muchísimo más complicados. Pero si bien, capaz no podemos ir a la oficina, a abrir el comercio, a la fábrica, o a patear la calle en busca de unos manguitos que nos permitan vivir dignamente y que, cuando de a poco se empiecen a reestablecer las cosas va a costar mucho esfuerzo poner en marcha el motor de nuestra Argentina, seremos nosotrxs lxs trabajadorxs lxs grandes artífices de la recuperación. Es el único camino y, para eso, será necesario tener los pies sobre la tierra y entender de una vez y para todas, que somos la columna vertebral de nuestra tierra.