sábado, 29 de mayo de 2021

Noticias del mundo (este mundo)

 EDITORIAL

Noticias del mundo (este mundo)

Por Andrés Respeño.

 


"Hay que ganarse la vida”. Desgraciadamente, aquel dicho tantas veces mencionado como al pasar, de manera ingenua y sin muchas pretensiones, hoy es revelador de algo realmente siniestro: la vida no es gratis.

Por estos días arribamos a un mundo donde, la vida, - entendida como, además de supervivencia, nuestros afectos, los deseos, las ilusiones, los horizontes a los que nos proponemos llegar, los placeres -, en tanto y en cuanto no sea ganada, no es un derecho.

Un mundo envilecido por un sistema plantea las reglas del juego, ya sea tanto para perder como para ganar la vida. Un sistema en el cual, cada vez, son más los que pierden y solo unos pocos los que ganan. Un sistema que, por otro lado, nos fuerza a pensar la vida como una disputa deportiva en la que vale todo y solo hay ganadores o perdedores. Un juego donde la posibilidad de hacer “tablas” o salir empatado con una sonrisa de haber disfrutado la partida es cada vez más difícil. 

Ante este enunciado, uno podría decir qué día negro tiene Respeño a la hora de ponerse a escribir esta nota, como también pensar: chocolate por la noticia, desde que soy chico sé que la vida hay que ganársela. La intención de esta editorial es que luego de anoticiarse por primera vez o por millonésima, quizá por distracción, el lector se pregunte: ¿La vida es así? O ¿la vida está así? Y luego de mirar por la ventana, si es que tiene tiempo, y la página del diario no se convirtió en un bollo para tirar a la basura, dejarse llevar por otra pregunta: Si está así, ¿quiénes fueron los que en esto la convirtieron?

Hasta acá pareciera que Hegel tenía razón: la historia ha avanzado por su lado malo.

Pensar que fuimos todos, y que el Hombre moldeó la vida a su imagen y semejanza alivia la tarea de buscar responsables. No creemos que así haya sido, al menos pensamos que la Especie Humana que hoy somos no diseñaría un mundo, un sistema, como el que venimos heredando y sufriendo.

Por otro lado, es notable que ante este panorama desolador pero nuevo, aparezcan recetas viejas y un sentido común que pareciera querer instalarnos en el mundo que fue, como si a él se pudiera viajar en la máquina del tiempo, aquel mundo que ya no existe, aquel mundo en el que no se daba importancia a frases como: Hay que ganarse la vida.

Según pensamos desde El Tambor, resulta urgente preguntarnos si a este mundo así diseñado se lo puede arreglar con los mismos remaches, con las mismas vigas, con los mismos materiales, con las mismas noticias, con la misma manera de pensar, con las mismas políticas, con las mismas economías, con el mismo poder, con el mismo sentido común, y como si fuera remedio seguir insistiendo en el error.   


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