INVESTIGACIÓN
¿Sabemos qué aire respiramos?
por Martina Laura Vazquez Miranda
Introducción y Definiciones
Uno de los impactos más importantes, y menos visibles, de las actividades antropogénicas en el medio ambiente que nos rodea, es la afectación de la calidad del aire. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que las muertes por enfermedades no transmisibles-como el cáncer, accidentes cerebrovasculares y neumopatías crónicas- a causas de la contaminación del aire llega a ocho millones doscientas mil (8.200.000) millones de personas. Esto sucede debido a la emisión de contaminantes a la atmósfera y su permanencia de forma continua o temporal a nivel del suelo. Es necesario comprender entonces que la calidad del aire no sólo depende de la emisión total de contaminantes a la atmósfera, sino también de su interacción con el medio. La calidad de aire, entonces, es la concentración de contaminantes que llega a un receptor alejado de la fuente de emisión (suficientemente como para no poder discernir una fuente específica como la causante de esa concentración), una vez transportado y difundido por la atmósfera.
Normativa Internacional
Quizás uno de los instrumentos más importantes a la hora de analizar la normativa internacional en materia de calidad de aire sea Las Directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la Calidad del Aire publicadas en 2005. Las mismas ofrecen una evaluación de los efectos sanitarios derivados de la contaminación del aire, así como de los niveles de contaminación perjudiciales para la salud (cardiopatías, afectaciones al sistema respiratorio y las funciones pulmonares). Las Guías de Calidad Ambiental (GCA) de la OMS se basan en su conjunto de pruebas científicas relativas a la contaminación del aire y sus consecuencias a la salud, y delimitando así valores guía de las concentraciones atmosféricas de los contaminantes MP, O3, SO2 y NO2, a su vez de proveer objetivos intermedios para cada contaminante.
Ahora bien, datos estadísticos de la misma OMS del 2016 estiman que el 91% de la población mundial reside en regiones donde no se cumplen con las directrices sobre calidad de aire. Se ha podido vincular la contaminación atmosférica en zonas urbanas y rurales con 4,2 millones de defunciones prematuras. Asimismo, y así como sucede con otras problemáticas de carácter ambiental, el 91% de estas defunciones prematuras suceden en países de ingresos bajos y medianos ingresos, remarcando una vez más que la vulnerabilidad social incrementa el riesgo ambiental. En países en desarrollo como la Argentina, la presión ambiental originada por la contaminación, con mayor frecuencia se descarga sobre poblaciones residentes en las proximidades de las áreas de localización industrial (o ex localización) generando mayores niveles de riesgo entre la población que experimenta vulnerabilidad social.
Normativa Nacional
Una de las leyes que más injerencia tiene en materia de calidad de aire a nivel nacional es la Ley N°20.284 sobre Prevención de prevención de situaciones críticas de contaminación atmosféricas, sancionada en 1973. Establece que la autoridad Sanitaria Nacional (Ministerio de Salud) es la que debe fijar las normas de calidad de aire y de las concentraciones particuladas de contaminantes. En cuanto a lo local, esta ley establece que es responsabilidad de los entes locales de autoridad sanitaria fijar niveles máximos de emisión y los procedimientos que serán utilizados. Respectos a las fuentes fijas identificadas deberán reglamentar sus emisiones contaminantes, y regirse mediante esta Ley. La misma estipula que se multarán los casos donde no se apliquen esta reglamentación, y la jurisdicción de la misma será determinada por la autoridad local.
Normativa Local.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuenta con la Ley N°1356 de Calidad Atmosférica, sancionada en 2004, y el Decreto Reglamentario N°198 sancionado en el 2006.
La Resolución N°403/APRA/13 realiza una modificación al Anexo III del Decreto Reglamentario, incluyendo estándares para el contaminante benceno. La Ley a su vez crea el Registro de Generadores de Contaminantes Atmosféricos de Fuentes Fijas (REF), haciendo obligatoria la inscripción de aquellas industrias que figuran en el Anexo II. Se crea los Límites de Emisión (LEMs) para fuentes móviles (vehículos autopropulsados por motores de combustión interna) incluídos en el Anexo IV del Decreto Reglamentario N°198/GCABA/06. Por último, se crea el Registro de Fuentes Móviles Contaminantes mediante la Disposición N°20/DGCONT/15. A su vez, en 2021 se sancionó la Resolución N°68/APRA/2021, siguiendo el compromiso asumido por la Ciudad en la Cumbre Mundial de Alcaldes C40 de 2019 por un Aire limpio en Ciudades y la Ley N°3871 local en la cual se establece una serie de principios, contenidos mínimos y medidas que tienen por finalidad precisar las acciones, instrumentos y estrategias adecuadas para la elaboración de las políticas públicas de adaptación y mitigación al cambio climático en la ciudad. En la misma se realiza una modificación en los estándares de calidad de aire, sus métodos de determinación y 5 etapas progresivas de disminución de los estándares (las primeras 3 con duración de 1 año y las últimas dos a establecer antes del año 2023 por la Comisión Asesora de Expertos en Calidad de Aire). La misma define una serie de Estándares de Calidad Atmosférica (ECAs) y límites de emisión de contaminantes y contaminantes tóxicos y peligrosos para fuentes fijas y móviles rodadas.
Programas de Calidad de Aire. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuenta con programas de monitoreo de contaminantes atmosféricos desde 1967, siendo su existencia clave para la definición de políticas públicas ambientales, como la prohibición de del uso de incineradores de basura domiciliarios en la ciudad en 1978 luego de las alarmantes concentraciones de material particulado sedimentable . Actualmente participa de la Red de interlaboratorios de Calidad de Aire coordinada por el exministerio de Salud de la Nación con apoyatura de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La Ciudad actualmente cuenta con una Red de Monitoreo de Calidad de Aire y Ruido, la cual se puede consultar on-line, abastecida de sólo 4 estaciones fijas, las cuales publican sus datos diarios en la página web de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y están pensadas como “indicadores” de la calidad de aire de las distintas zonas:
- Centenario (Ramos Mejía 800): en esta estación se obtienen datos representativos de una zona residencial-comercial, con flujo vehicular medio, muy escasa incidencia de fuentes fijas, próxima a un espacio arbóreo en el centro geográfico de la ciudad (se identifica por el programa de monitoreo de la ciudad como “representativa de un importante conjunto de zonas con características similares en la ciudad”). Mide NOx, CO y PM10
- Córdoba (Av. Córdoba y Rodríguez Peña): en esta estación se obtienen datos representativos de una zona residencial-comercial con flujo vehicular alto y escasa incidencia de fuentes fijas (se identifica como una zona “representativa de zonas similares cercanas a Avenidas en la Ciudad”. Mide CO, O3, SO2, NOx y PM10 (Si bien se indica que el equipo es capaz de medir SO2 y O3, no se encuentran publicados los datos).
- La Boca (Avenida Brasil 100): en esta estación se obtienen datos representativos de una zona residencial-industrial con flujo vehicular medio-bajo, con incidencia de fuentes fijas. Mide CO, SO2, NOx y PM10 (Si bien se indica que el equipo es capaz de medir SO2 y O3, no se encuentran publicados los datos).
- CIFA (Paseo Islas Malvinas): esta estación, ubicada próxima al Parque Indoamericano, es considerada como un fondo de área a fin de conocer las concentraciones de fondo de la Ciudad. Mide CO y NOx.
Como se observa, no se han incluído dentro de las mediciones la concentración de PM2.5, el cual actualmente recibe el foco de atención a nivel internacional como uno de los contaminantes más nocivos para la salud generados como residuo de combustión. Asimismo, la publicación de mediciones diarias que se puede visualizar en la página oficial del gobierno de la ciudad es de concentraciones de NO, PM10 y CO, con lo cual tenemos una visión parcial de la calidad de aire, restando las mediciones supuestamente realizadas de SO2 y O3. Otra gran falencia es en torno al análisis de estos datos diarios publicados online. El gobierno de la ciudad debe realizar, en el marco de su programa de monitoreo, informes trimestrales de evaluación de calidad de aire y publicarlos tanto en el Boletín Oficial como en la página de internet del Gobierno de la Ciudad. Sin embargo, no se han publicado esos informes desde el 2013. Es importante remarcar la implementación de un plan de calidad de aire real, en donde se evalúen los resultados de planes anteriores, el impacto real de las medidas tomadas anteriormente, y una proyección de metas de calidad de aire articuladas con medidas a tomar en distintos ámbitos de la política pública.Actualmente la Ciudad sólo se cuenta con programas de monitoreo de contaminantes (según último Informe Anual Ambiental publicado del 2017), y no se presentan informes de evaluación. Es necesario articular entonces un plan de calidad de aire en donde se realice un análisis sobre los resultados del monitoreo de contaminantes, se logren establecer focos críticos de contaminación, se identifique el verdadero impacto de medidas de regulación (como el registro de contaminantes de fuentes fijas y móviles) sobre las concentraciones medidas y se evalúe en base a los resultados un conjunto de medidas en todos los sectores de desarrollo urbano para poder cumplir con la normativa vigente, estableciendo metas de reducción para cumplir con las guías de calidad internacionales, más rigurosas que las locales.
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