MIRADAS
Seremos tsunami
Frente a un Congreso vallado y rodeado de policías se llevó a cabo el pasado 8 de Marzo la masiva marcha en conmemoración de las mujeres trabajadoras y en defensa de los derechos adquiridos en la Ciudad de Buenos Aires. En el contexto de un gobierno de ultraderecha y en contra de las políticas de género la convocatoria resonó en todos los puntos del país.
La agenda para el histórico 8M que cada año reúne a los feminismos en la lucha por el reconocimiento de sus derechos y la defensa de los conseguidos se programó para que la desconcentración sea antes del anochecer. Como un mal recuerdo, el miedo por la represión policial en una marcha feminista volvió a sentirse en el cuerpo después de muchos años. A pesar de esto la convocatoria reunió a miles de mujeres cis, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, no binaries e intersex, como así también a sindicatos, asambleas vecinales, organizaciones sociales y políticas que por primera vez marcharon en conjunto. La consigna contra la “motosierra” unificó los cánticos.
Pasadas las seis de la tarde se leyó el documento redactado por las distintas organizaciones, en el cual se denuncia un retroceso en la Argentina en materia de derechos y suma nuevas conquistas ante el escenario de crisis económica y social en el país, ya que esto recae principalmente en la población feminizada y disidencias sexuales. “Estamos frente a un gobierno autoritario que representa la reacción patriarcal, que habla de la motosierra para festejar un plan sistemático de saqueo y hambre y para destruir los derechos de la clase trabajadora y el pueblo, porque está al servicio de los capitales internacionales que vienen por nuestros bienes comunes y nuestra vida, y para poder hacerlo necesita un pueblo con hambre, sin trabajo, sin vivienda, sin educación y sin salud pública”, denuncia el documento. Los ejes desarrollados fueron contra el hambre y el ajuste; por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; por el trabajo y contra los despidos; contra el DNU; abajo el protocolo represivo de Patricia Bullrich; contra las violencias machistas.
El contexto histórico nos obliga a repensar la lucha y la organización se impone como medio de resistencia. En conmemoración del 113° Día Internacional de la Mujer, el INDEC presentó un nuevo relevamiento donde se visibiliza que no solo las mujeres realizan tareas de trabajo no remunerado en mayor proporción que los varones, sino que estas diferencias se profundizan cada año. Esto impide el desarrollo en el mercado laboral e incide directamente en una peor remuneración. En crisis económicas las mujeres y niños son quienes más se empobrecen, ya que además 8 de cada 10 hogares monoparentales están a cargo de una mujer. Esto sin olvidar que las mujeres son quienes se organizan para tratar de frenar el hambre en los barrios populares y tienen los trabajos más precarizados.
Mientras desaparecía la lluvia y se asomaba el sol tras el Congreso que hace nueve años encuentra a los feminismos ininterrumpidamente en lucha, el documento finalizó resumiendo el sentimiento colectivo al grito de “¡Fuimos marea y seremos tsunami!”.
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