Por Santiago Ciraolo
Estela de Carlotto es un símbolo de paz. Reconocida internacionalmente como un ícono en la búsqueda de la identidad, ha logrado al frente de la organización “Abuelas de Plaza de Mayo” la restitución de 121 casos de niños desaparecidos durante 1976 y 1983, pero aún queda mucho camino por recorrer. Víctima en carne propia parte de la última dictadura cívico militar, jamás pidió venganza, sino justicia. En dialogo con “EL TAMBOR DE MONTSERRAT”, se mostró en solidaridad con los sectores más desfavorecidos de la sociedad: “Rechazamos los despidos, las represiones y lo de Milagro Sala, que es escandaloso”, y aseguró que el Presidente Macri cree que el país es una empresa: “Ha venido un empresario y está entregando el país al mejor postor”.
¿Qué relación tiene “Abuelas” con el barrio de Montserrat?
Hace unos ocho años que estamos acá. Nosotros, nuestra casa histórica, la tenemos en Corrientes y Agüero, donde hay gente nuestra trabajando. Tenemos también esta casa con este semi piso y otro en el primer piso. Hubo una necesidad de tener un espacio más grande para poder trabajar con los equipos técnicos y especialistas. Ahora tenemos otra en la ex ESMA, que también es un espacio de actividades múltiples.
Qué las llevó a venir a este barrio?
La casa histórica nos quedaba muy chica y estaba en un cuarto piso. Cuando no andaba el ascensor, muchas abuelas se tenían que volver a su casa. Por suerte, conseguimos hacer una buena inversión y comprar esta propiedad, en planta baja. Respecto a Montserrat… nosotros trabajamos puertas adentro, pero también tuvimos mucho cuidado de no molestar al barrio porque el avance del respeto y del reconocimiento de nuestra tarea es progresivo.
¿A qué se refiere?
A que antes no nos querían ni ver. Cuando nos mudamos a la calle Corrientes, los vecinos de los otros pisos decían “Ay nosotros que hacemos, nos van a poner bombas”, “Que esto no, ¿por qué suben los periodistas?”. Había problemas desde la incomprensión de la gente, que en este barrio no los tuvimos. Nosotros no hacemos ostentación, no ponemos carteles: se sabe que estamos y para los que necesitamos que vengan, hay noticias. Lo que no sabíamos es que teníamos un lugar de detención clandestina tan cerca, eso fue una sorpresa para nosotros (NdR: Espacio para la Memoria “Virrey Cevallos”). Estamos cerca del Departamento de Policía Federal; era un poco desagradable al principio pero no nos ha pasado absolutamente nada. Creo que estamos muy bien en el barrio, hay mucha simpatía y las personas ya nos conocen.
Ya que nombró al “Virrey Cevallos”, entrevistamos a su coordinador en un número previo y nos contó que el lugar se está manejando sin presupuesto, ¿cómo ve usted en este momento la situación de las organizaciones y los espacios de memoria en relación con la cartera de Justicia y DDHH?
El Estado tiene la obligación de que la memoria no se pierda y de que los espacios de memoria sean respetados como lo que son. Hay una obligación del Estado de no derribarlos, no deshacerlos, no modificarlos, sobre todo los más grandes como la ex ESMA o La Perla, hay muchísimos. Ellos –la gente del “Virrey Cevallos”- tendrían que conseguir una ayuda estatal, por ley, porque están cumpliendo con lo que la ley dice, que es que esos espacios son Espacios de Memoria, que no pueden ser cambiados. Te digo la verdad, no fui nunca porque no tengo el tiempo: me bajo acá, entro y de acá no salgo hasta que voy para otro lado donde tengo que activar. Si necesitan alguna ayuda para que los orientemos, estamos.
¿Cómo describiría la situación?
No es fácil. Nosotros, dada la envergadura del trabajo, con el gobierno anterior conseguimos tener una cantidad importante de recursos para este trabajo. Antes, durante la dictadura, recibíamos financiación desde el exterior pero cuando llegó la democracia, nos la quitaron. Nos dijeron que el Estado debería ayudarnos pero no fue tan así. De todas formas siempre hubo una respuesta más o menos grata del Estado, salvo en la época de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno de la Ciudad donde teníamos un pequeño subsidio y lo cortó.
¿Cortó el subsidio?
Si, lo cortó aduciendo que no tenían plata. Yo no estoy hablando mal siempre del gobierno, porque no es mi interés ese, pero señalo lo mal que hacen o han hecho, y esa es una realidad.
¿“Abuelas” ha sido afectada por las políticas de ajuste en cuanto a fondos?
No, no nos ha afectado porque lo hemos peleado totalmente con el gobierno. Estaba aprobado ya del año anterior el presupuesto de este año, y para conseguirlo fue bastante difícil. No imposible, pero lo conseguimos, casi a mitad de año o más, casi sin pagarle a nuestra gente y con la amenaza de tener que cerrar una casa. Eso iba a ser de un rechazo nacional e internacional, pero cumplieron. Nos dieron como para asumir la inflación y podemos trabajar tranquilamente por este año, ahora vamos a ver el año que viene que pasa.
¿Cómo se siente tener que pelear a esta altura de la vida?
Una está acostumbrada a pelear. Desde la dictadura en adelante la pelea fue brava, peligrosa, desconocida. Hoy tenemos más experiencia y por ahí sabemos cómo tenemos que hacer y decir las cosas para que se resuelvan. Nos da mucha pena que en estas elecciones haya ganado una línea política tan destructiva para todo lo que es el bien del país. Nos repercute a todos: no es que nosotros por más que tengamos respuestas satisfactorias, vivamos en una cápsula. Nosotros somos habitantes y vemos los males de los demás, sufrimos y apoyamos todas las luchas. Rechazamos los despidos, las represiones y todo- lo de Milagro Sala que es escandaloso-, todo eso es de un proyecto de país que no queremos y por eso extrañamos mucho el gobierno anterior, la etapa anterior, donde había respeto, había posibilidades, había consultas. Nos tenían en cuenta, nos hacían partícipes, éramos ciudadanos activos. Ahora vemos que ha venido un empresario –esta es una empresa más que un país-, y están entregando el país al mejor postor. Esto lo sé yo que soy una ignorante porque lo escucho, lo leo, me imagino que habrá gente que sabe mucho más y que algo hay que hacer porque este año tenemos elecciones, así que hay que ver que hace el pueblo en estas circunstancias.
¿Qué opina cuando ve que algunos periódicos dedican editoriales a rememorando a la última dictadura cívico-militar?
Los medios monopólicos mienten y desinforman. Desinforman cuando no publican todo, tergiversan y sacan de contexto, y cuando faltan a la verdad, mienten. Sacan artículos o aparecen periodistas que dudan del número de desaparecidos... Tienen el monopolio de la información y además, son de derecha y siempre fueron así. De ellos no se puede esperar nada porque lamentablemente, tienen todo el poder de la información. Hoy es una lucha de ver todo para sacar conclusiones pero con la inteligencia de saber quién dice la verdad y quién miente, y a veces hay gente que es engañada y repite como loro lo que no es cierto. Eso es muy triste, muy penoso. Pero creo que de a poco estamos todos juntos luchando para un futuro mejor. No hay que bajar los brazos.
Que lo diga usted con la historia de resiliencia que tiene resulta reconfortante
No hay que bajar los brazos, hay que luchar en paz, sin violencia, inexorablemente. Todos los días hay que poner en claro las cosas que están mal, y ustedes ya lo están haciendo, los felicito y los aliento a que sigan.