lunes, 28 de enero de 2019

Charla sobre Seguridad en Montserrat

Charla sobre Seguridad en Montserrat

El pasado jueves, en el espacio para la memoria de Virrey Cevallos, se llevó adelante una charla sobre seguridad, con eje en un tópico que está muy en vilo: la demagogia punitiva.



Pasadas las 18.30 horas, en Virrey Cevallos 630, donde alguna vez funcionó un Centro Clandestino de Detención -hoy convertido en Espacio para la Memoria- vecinxs del barrio y miembros de las organizaciones que forman parte de la Mesa de Consenso y Trabajo del propio espacio (principalmente "La Cámpora"), se dieron cita para debatir sobre "seguridad". Osvaldo López, director del espacio para la memoria, dio las palabras de bienvenida.

En función de darle continuidad al  ámbito, la reunión fue el segundo encuentro de un ciclo que comenzó a fines del año pasado. Ante la necesidad de discusión sobre el tema, en esta ocasión el eje giró en torno a la "demagogia puntiva": la baja de la edad de punibilidad para los menores de edad, y el rol del gobierno nacional en función de esta medida que busca implementar.

A cargo del Observatorio contra la Inseguridad y la Violencia Instituciónal (OCIVI), la charla fue muy dinámica: el ida y vuelta entre los participantes se dio muy fluidamente. Entre otras reflexiones, se realizó un repaso por las medidas tomadas a lo largo de nuestra historia hasta llegar a los días de hoy, las diferentes herramientas para combatir la inseguridad y, sobre todo en los menores de edad cuáles son las salidas para combatir ésta problemática de manera específica. 

El compromiso de lxs asistentes a continuar con el espacio de reflexión se dio de manera unánime, y estaremos a la espera de la convocatoria. El Tambor, también.

Por todos tus amigos

Por todos tus amigos
Ilimitadas Limitaciones - Elumey Gabriel Di Palma



Te fuiste y no volviste, ni siquiera preguntaste
por todos tus amigos con los que vos te juntaste

En ese momento en que viente todo tan rápido
un instante se detiene y te invita a preguntarte
“Si estás dispuesto a cargar con más responsabilidad”
Aún no tengo la virtud bien, de reconocer mi erro

Te fuiste y no volviste, ni siquiera preguntaste
por todos tus amigos con los que vos te juntaste

Nunca, nunca dudé de tu palabra y tu honestidad
porque siempre vos mentiste, mentiste siempre igual
Por ese miedo a estar solo, feliz de tu hazaña social
el corazón nunca entiende de leyes ni a dónde firmar

Te quiero por lo que sos, te recuerdo por lo que eras
Si eso te hace bien, seguí fiel a tu manera

Te fuiste y no volviste, ni siquiera preguntaste
por todos tus amigos con los que vos te juntaste

“Por todos tus amigos” es una canción de la banda Ilimitadas Limitaciones. Con su primer disco a cuestas, “El fogón nos queda chico”, Ilimitadas recorre el reggae, ska, cumbia y todo lo que puedas imaginarte en un desarrollo muy variado sumado a su constante creatividad para la puesta en escena. Te invitamos a seguirlo en sus redes! (FacebookInstagram, SpotifyYouTube).

En la calle


En la calle
Por Nilda Prados y Martín Zárate.

                                         En la calle. Postales tristes de nuestro querido barrio.

Nos proponemos aquí acercarnos, sin duda brevemente, a una cuestión compleja como es la de quienes han quedado eufemísticamente incluidos en la categoría de “gente en situación de calle” y que estimamos corresponde situar con mayor precisión, en función de ese lugar-sin-lugar. Esto es, el de su cotidiano sobrevivir, su ser/estar allí, no “en situación” recortada en tiempo y espacio sino, conjugada en el infinitivo del verbo. 
Se trata de una población que se va sumando en forma acelerada a nuestro cotidiano transitar, en Montserrat y en muchos otros barrios de la Ciudad. Sin intención de refugiarnos en las globalizaciones anónimas y buscar resumir aquí algunos datos actualizados, no queremos ignorar el perfil de un problema que nos afecta a todos y todas, porque sencillamente degrada la condición humana  y desconoce el derecho a sostenerla y darle cabida en toda su complejidad.
Empezaremos entonces con algunos datos que hacen a esa evidencia. El programa Buenos Aires Presente (BAP) y la Dirección General de Niñez, son organismos oficiales que consagran unas 700  personas, integradas en equipos de operadores que recorren la CABA las 24 hs., todos los días, procurando informar, orientar y acercar a las personas y familias en situación de calle a los 27 dispositivos de alojamiento con los que cuenta la Ciudad. Se trata de operativos que se intensifican entre junio y agosto, lapso que corresponde al  Operativo Frío.”
Pero la realidad es mucho más dura, más cruel y el rojo que se enciende entre la columna del “debe” y el “haber” es mucho más complejo, sumado a que también intervienen situaciones de desalojos –algunos posteriores a hechos de violencia, o lo que conlleva en sí mismo el despojo de bienes personales y quedar con todo en la vereda-.   Así, Horacio Ávila –referente de Proyecto 7- precisó en una entrevista al diario Página 12: “Las personas en situación de calle pertenecen a uno de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Cada persona está atravesada por una historia y una realidad que les sustrae la dignidad personal y el derecho a un techo que los proteja de la adversidad.” Además señala que muchas de las imágenes que la identifican le recuerdan lo ocurrido entre 2001 y 2003, en la crisis socioeconómica más despiadada que sufrió la Argentina desde el regreso de la democracia.
Hoy podemos encontrar jóvenes revolviendo los contenedores de basura para ver si encuentran algo que se pueda comer, podemos ver en las panaderías del barrio vecinos esperando el cierre para recibir el pan que no se vendió, personas durmiendo en los umbrales.
Los datos aportados por la ONG Médicos del Mundo ya señalaban que en 2017 eran 16.000 las personas en situación de calle en la CABA; quedaban incluidos en esa cifra inquilinos de pensiones precarias y ocupantes de inmuebles. Por su parte, el relevamiento que los voluntarios de Proyecto 7 vienen realizando desde hace años, en distintos momentos del día, dio como resultado la existencia de 6.300 personas en el último mes de junio, cifra por cierto muy dispar de las comunicada por el Ministerio de Desarrollo y Hábitat de la Ciudad, que contabilizó 1091 personas en situación de calle, 20 más que en 2017; un 78% de ellas son varones; el 83% tiene entre 19 y 64 años de edad y el 72% vive en la calle desde hace más de un año. La mayoría se encuentra en los barrios de Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat, Constitución, Balvanera y San Cristóbal, además de Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios. Sin embargo, es efectivo conocer que el Gobierno de la Ciudad a través del Operativo Frío solo cuenta con 35 lugares de alojamiento con capacidad para 1680 plazas, resultando así insuficiente si tomamos en cuenta la tendencia creciente.
   

La virtualidad al palo


La virtualidad al palo.
Por Daniel Sica

A raíz del tercer aniversario en el poder, y pocos días antes de comenzar el período denominado “fiestas de fin”, el gobierno presentó las “81 formas en que el gobierno está mejorando la vida de los argentinos”.

Desde el gobierno no se hicieron cargo de su confección y lo atribuyeron a una iniciativa de sus  “militantes”, y así fueron difundidos en redes sociales por el ejercito de trolls que pagamos todos, para luego ser reproducidos por lo que Paul Craig Roberts, ex Subsecretario del Tesoro de Ronald Reagan, llamaba “presstitute”, o sea prensa prostituta.
Las 81 “formas” se componen de medias verdades, tres cuartos mentiras, noticias falsas, pavadas, etc., etc.

Obviamente fueron elaboradas para consumo de los votantes y/o simpatizantes del gobierno actual -de quienes Jaime Durán Barba, artífice de las campañas electorales de Cambiemos, dice: “Por ellos no hay que preocuparse, no piensan” (Sic).-  y para otros que dicen “yo no lo voté” o “yo voté en blanco” o “a mí la política no me interesa”.

Forma 1: “Se dio vuelta la situación de la energía, que estaba en estado catastrófico”.
Tal vez sea por eso que en plena reunión del G 20, con banqueros e inversores extranjeros se cortó la luz en el CCK y en toda su área adyacente durante cuarenta minutos, a metros para más datos, de la propia Plaza de Mayo. Por la misma razón debe ser que se observan en el Microcentro, en promedio a cada cuadra, enormes generadores de energía que causan polución ambiental, contaminación sonora y visual que afectan a los miles de personas que transitan diariamente por allí. Para no hablar de los de barrios como Caballito, o Mataderos, que pasan días y días sin luz.

Forma 2: “Combate frontal al narcotráfico, con récords de incautaciones y detenciones”
Las fotos publicadas, pour la galerie como dicen los franceses, para la tribuna como dirían los muchachos, más bien para la gilada en porteño puro, no pueden desmentir ciertas realidades, ejemplos:
El intendente de Paraná, Sergio Varisco, Cambiemos, financió su campaña con una actividad paralela a la política: el narcotráfico. Está preso, pero como no es un narco cualquiera, es parte del poder, en menos que canta un gallo le dieron preventiva domiciliaria, desde donde sigue participando activamente en la administración de la ciudad. Hace algunos días le secuestraron un teléfono celular desde el cual partían amenazas a jueces, fiscales, etc. Pero sigue en domiciliaria.
La ciudad de Morón que tiene como intendente al ex marido de María E. Vidal, Ramiro Tagliaferro, una de las integrantes de su mesa chica, Cintia Gabarro, fue detenida en Corrientes por la posesión de más de 10 kilogramos de marihuana. Es obvio que el pobre intendente fue vilmente engañado por un narco que está permanentemente a su lado.
Tampoco nunca tuvimos noticias de lo sucedido con las 64.000 pastillas de éxtasis que ingresaron desde Madrid, en el mismo vuelo en que regresaba MM de visita oficial en España.

Forma 11: “Obra pública sin monopolios ni corrupción: precios 40% más bajos”.
La mejor prueba de esta afirmación es el soterramiento del ferrocarril Sarmiento.
El 16 de junio de 2016 se firma el Decreto de Necesidad y Urgencia N° 797/2016 por el cual se destinan $ 45.000.000.000, u$s 3.000.000.000, a dicha obra.
La misma había sufrido diversos avatares desde hacía diez años, uno de ellos fue que la Auditoría General de la Nación había estimado que el costo de la obra era de u$s 2.100.000.000 aproximadamente y no los tres mil millones que pretendían los contratistas.
En el DNU mencionado se contrata a las siguientes firmas, modelo de honestidad, para su construcción:
Odebrecht, brasileña, participante en numerosos escándalos de corrupción en todo el mundo, multada en u$s 2.500.000.000 por los gobiernos de EE. UU. y Suiza por lavado de activos entre otros delitos, y cuyo presidente (Marcelo Odebrecht) fue condenado a diecinueve años de prisión por corrupción.
Ghella S.p.A., italiana, con causas en varios tribunales de su país de origen por lavado de activos, colusión con la mafia, y participación en el fallido proyecto de Messina en el cual el estado italiano perdió cientos de millones de euros, etc.
IECSA, argentina, propiedad de los hermanos Calcaterra, primos de MM. Esta empresa había sido vendida a ellos por sus anteriores propietarios, la familia Macri. Actualmente está involucrada en nuestro país en la causa de los cuadernos. Que no son cuadernos sino fotocopias de cuadernos, lo cual es solo un detalle. En fin.
El asunto es que la obra, otorgada a dedo, costará un 43% más que lo estimado. Pero dijeron que la obra pública había bajado un 40% porque ahora no hay corrupción. Y hay transparencia, total un DNU favoreciendo a tu primo no tiene nada de malo. Y menos si además figuran dos empresas investigadas en más de veinte países por escándalos de corrupción (entre otros).

Forma 16: “Refundación del crédito hipotecario que había desaparecido. (Se dieron 165.000)”.
La cantidad exacta es difícil de conocer ya que es una multitud de bancos privados y estatales los que los otorgan.
Antes existía el programa PROCREAR, el cual fue virtualmente eliminado, que había permitido acceder a la vivienda a más de 400.000 familias en poco más de tres años.
Lo real es que los actuales préstamos hipotecarios son todos indexados, los llamados préstamos UVA, para un ejemplo pueden consultar el ejemplar de El Tambor de Monserrat del mes de mayo de 2018 donde se explica el peligro que entrañan los mismos.
Resumiendo: si una persona tomó un préstamo de $ 1.000.000 en marzo de 2016, unos u$s 57.000, en marzo de 2018 había pagado, entre amortización e intereses, $ 323.941,27 o sea el 32% del importe recibido. Y tendría una deuda de $ 1.448.327,35 sea un 45% mayor a lo recibido. No es difícil imaginar que sucederá al llegar a los 20 o 30 años que son los plazos a los que se otorgan. Más se paga más se debe. Para abreviar, la vivienda adquirida dentro de un tiempo será del banco que, gentil y desinteresadamente, nos prestó el dinero.

Forma 34: “4G: pasó de cubrir al 10% de la población al 58%. En 2019 será 93%”.
El 12 de junio de 2015 la Secretaría de Comunicaciones informó que había adjudicado licencias para la red 4G a las empresas Movistar, Claro y Personal, las mismas abonaron un canon de u$s 2.233.000.000. A partir de esa fecha comenzaron a instalar la tecnología necesaria. Es de suponer que en los seis meses del año restantes se hayan instalado muy pocas líneas por cuestiones técnicas.
Si en ese solo semestre del gobierno anterior accedieron el 10% de abonados, el 48% en seis semestres no es ningún logro. Más bien es bastante lento el progreso. A ese paso muy difícilmente sea posible llegar al 93 % para fines del 2019. La perlita que no mencionan es que en mayo de 2017 el gobierno le entrega a Nextel, empresa del grupo Clarín, la autorización para operar la red 4G mediante el pago de solo u$s 30.600.000, algo sí como el 5% de lo que habían pagado sus competidoras. Pero esto es juego limpio, seguramente sean estas las reglas claras  que tanto pregonan.
Extrañamente, en estas 81 “formas” no se mencionan algunos pequeños problemas que enfrentamos diariamente los ciudadanos de a pie como, por ejemplo, algunos aumentos entre los meses de diciembre de 2015 y 2018:


 
Queda clara, la dicotomía entre la realidad virtual de la cual se vanaglorian, y la realidad real que vivimos a diario.


Hablemos de inseguridad


Hablemos de inseguridad: estigmas, identidades, sentido común y zonceras.
Por Martín Ciraolo

     Montserrat en una movilización. La gente se mueve con soltura, distinta es la sensación en otros contextos y a otras horas.

Hablar de seguridad o de inseguridad ya genera controversia desde el inicio de la afirmación. Existen diferentes factores que pueden alterar el orden o el normal desenvolvimiento de las actividades cotidianas. Hay quienes están más a favor de una  mayor presencia de efectivos de las fuerzas de seguridad, los que piden mano dura. Y quienes creen que la solución pasa por otro tipo de medidas, entiéndase la mejor distribución del ingreso, más educación, salud, pero por sobre todas las cosas: empleo.
También es innegable que cada uno de nosotros se ve inmerso en un mar inmenso donde fluye información de manera constante, donde nuestros hábitos de consumo y costumbres nos plagan de prejuicios y llegamos incluso a opinar, repetir, aseverar, afirmar de manera rotunda cuestiones de las que ni siquiera estamos informados, construyendo así un sentido común que termina siendo el menos común de nuestros sentidos.
Es por ello que salimos a la calle a realizar un trabajo de campo y a recolectar respuestas a cuatro preguntas sencillas. Empezamos por nuestro barrio.
¿Usted se sentiría seguro en una esquina en Montserrat a las 22 hs? La gran mayoría contestó que sí y una porción que quizá se detuvo a pensar un poco más, contesto: “depende la esquina”. Curiosamente lo interesante de ese condicional, va de la mano con la segunda pregunta, similar a la anterior pero en el barrio de Villa Lugano. El 72% aseguró sin dudar que se sentiría inseguro.


A la hora de profundizar, muchos argumentaron que no conocen el barrio, mientras que otros hablaron de que “existen muchos delitos en esa zona”, “que tiene mala fama”, “los trapitos viven ahí en su gran mayoría”, “hay mucha gente en situación de calle”, “hay villas cerca” como así también mujeres afirmaron no sentirse seguras a la noche en ningún barrio particular. Más allá de la cuestión de género –que la abordaremos en otra ocasión-, el porcentaje fue muy elevado y no surgió aquí la cuestión de “depende en qué esquina”.

La asociación a Lugano con los monoblocks, con la avenida Roca, con zonas oscuras o desconocidas, denota a flor de piel una gama de prejuicios e estigmatización que se le achaca a la Zona Sur de la Ciudad, como si todos lo males vinieran de allí. Poca gente conoce el gran centro comercial de la calle Murguiondo, Chilavert o los bulevares de la avenida Riestra. Incluso se pasa por alto que “los trapitos” suelen estar donde hay mayor flujo de turistas o consumidores, y que el centro de la ciudad (Montserrat debe ser el barrio que lidera la tabla de posiciones) es donde más gente sin techo hay. Son los estigmas que cargan determinadas personas, de determinados sectores.

Según  el sociólogo estadounidense Erving Goffman, el estigma es un concepto que hace referencia a un atributo profundamente desacreditador con el que puede cargar determinado actor social o grupo de actores. Por otro lado, quienes no portan con el estigma entran en la categoría de “normales”, lo que les permitirá desarrollarse con menor dificultad.

Sin embargo, y sin querer transformar esta nota en un ensayo académico ni mucho menos, traer como referencia de los estudios de Denys Cuche la noción de identidad social, resulta interesante.

La identidad social de un individuo se caracteriza por el conjunto de sus pertenencias en el sistema social: la pertenencia a una clase sexual, a una clase etaria, a una clase social, a una nación. La identidad permite que el individuo se ubique en el sistema social y que el mismo sea ubicado socialmente”. La identidad social, según Cuche, “es al mismo tiempo inclusión y exclusión: identifica al grupo y lo distingue de los otros”.

De este modo, sea por herencia biológica o por herencia cultural, los modelos culturales son impuestos al individuo en el seno de su grupo cultural logrando ser interiorizados por éste. Es por ello que dentro de la gran gama de respuestas que recolectamos, están quienes se reconocen como trabajadores, los que hablan desde la comodidad de pertenecer a un sector medio acomodado, profesional, o aun los que teniendo trabajo con salarios medios-bajos se reconocen como medios-altos y señalan al “mechero”, “punga”, “arrebatador” no como a alguien caído del mapa y al que hay que reinsertar en la sociedad sino como a un individuo despreciable digno de todos los estigmas sociales habidos y por haber.

Tras el contraste entre Montserrat (nuestro barrio) y Lugano (el “desconocido”) y la diversidad de respuestas, llegamos al tercer interrogante: “En términos generales, ¿cree que hay problemas de seguridad? La respuesta fue contundente: todes dijeron sí, y sin dudarlo. Ante este escenario, abrimos otra puerta, donde intentamos buscar causas y posibles soluciones. Allí el abanico fue bastante amplio, pero para intentar logar una síntesis, podemos agrupar las respuestas en tres grandes grupos.

Podemos distinguir una primera categoría, donde hallamos a quienes consideran que “necesitamos más presencia policial en la calle y mano dura”. Que la policía sea más estricta y rigurosa, que la justicia sea implacable con los delincuentes, y terminar con “la puerta giratoria”.

Por otra parte, otra categoría de vecines que “atribuyen la responsabilidad a las fuerzas de seguridad y su conducción”. Hay complicidad de ciertos sectores de las fuerzas con quienes delinquen, con la liberación de zonas, incluso, varios testimonios coincidieron en que los agentes de la Policía Federal debieran ser los que se encarguen de la seguridad, manifestándose en contra del traspaso debido a que ven inexperiencia en el cuerpo de efectivos de la Policía de la Ciudad.

Y una tercera categoría, en la que encontramos un sector que fue tajante a la hora de contestar: “Es necesario que exista una redistribución del ingreso más equitativa. Las causas del crecimiento de hechos delictivos, principalmente devienen de la crisis económica, de la falta de oportunidades en el mercado laboral, el aumento de los costos de vida, desde los servicios básicos como el transporte, energía y alimentos, hasta la escalada del dólar que hoy roza los $40.

Quienes creemos que con un estado presente, que genere un modelo económico de crecimiento con inclusión, que regule las esferas que debe regular (las cuales el actual gobierno a librado a los mercados) es probable que los delitos disminuyan. Es posible que el cierre de las escuelas nocturnas, la no apertura de hospitales, la recesión, entre otras tantas cosas no contribuya a que la situación mejore, es “sentido común”. ¿Pero sentido común para quién, según quién? Podríamos citar a Antonio Gramsci quien considera al sentido común como histórico político en directa relación con las clases sociales e interiorizado a través de las posiciones hegemónicas de producción ideológica. Pero preferimos traerlo a Don Arturo Jauretche que, nos hablaba del falso sentido común construido por los medios hegemónicos de comunicación que, repletos de zonceras, nos instalaron el mito sarmientino de que la opción está entre la civilización y la barbarie, donde por supuesto, todo lo de acá, es barbarie. Eso que nos hace mirarnos en un falso espejo, arrojándonos como resultado, algo que claramente no somos o llevándonos a respuestas o caminos erróneos y, la seguridad y las recetas para mejorar la situación de todos los días, tampoco escapa de esa hipótesis.


Testimonios 
Alejandro, contador (38)
No se soluciona a punta de pistola, hay que generar más trabajo.
Paulina, estudiante universitaria (27)
Cuando se cierran las escuelas nocturnas, cuando los tarifazos no permiten a los clubes de barrio poder funcionar, cuando las escuelas funcionan como comedores, cuando la brecha social es tan marcada y el estado no destina recursos, se entiende por qué aumenta la inseguridad. La solución es a largo plazo, hay que modificar patrones culturales, de consumo. Generar lazos sociales que contengan al conjunto de la sociedad, sobre todo quienes quedaron en los márgenes.
Elizabeth, empleada administrativa (37)
La delincuencia es más antigua que la humanidad. Soluciones hay miles… algunos te van a decir que hay que matarlos a todos, otros que el problema son las villas, los inmigrantes. Pero nadie habla que a los pibes los mandan a robar tipos más grandes. Muchos de ellos son hijos de otros delincuentes y otros, pibes que teniéndolo todo quieren más, y en vez de salir a laburar, van y afanan.
Malen, comunicadora social (29)
Lo atribuyo a la coyuntura actual, relacionado con la crisis social y económica, y a las pocas (casi) nulas políticas públicas favorables a los sectores más vulnerables. Es una problemática estructural pero que se intensifica en estas circunstancias.
Mónica, jubilada (63)
La policía de la Ciudad no tiene experiencia. Debe volver la Policía Federal para cuidar a los ciudadanos. Y cuidarnos, no reprimirnos.
Gustavo, abogado (56)
La inseguridad dialoga permanentemente con la situación económica: a mayor crisis más inseguridad y cuando la respuesta es solo punitiva lo que se busca es legitimar la distribución desigual. Solución: trabajo, actividades culturales en los barrios, programas de empleo, programas educativos, servicios en los barrios, la falta de ellos es violencia. Es necesario modificar la estructura social aunque más no sea mínimamente
Daniela, docente (28)
Se lo atribuyo a los malos gobiernos, intendentes, diputados. Más allá de la elección de la gente cuando tiene que votar y sabiendo el pasado del que se postula, van y lo votan. Y también, las malas leyes que hay que siempre son a favor del delincuente en vez de la víctima.





Volver a tener ganas


Volver a tener ganas.
Por Andrés Respeño 

      Postal de la Plaza de los don Congresos, tras alguna marcha. Postal repetida durante todo 2018. Foto: Redacción El Tambor

Sabemos que estás de brazos caídos, que pasaste unas fiestas de fin de año que no tenías ganas de celebrar. De hecho, apenas se vieron guirnaldas, lucecitas, arbolitos como en otras épocas.  El agobio que nos dejó el 2018 fue histórico. Un año que, entre otras miserias, tuvo: desempleo, devaluación, empobrecimiento, represión, FMI, inflación del 47,6 %, G 20, anuncios de tarifazo, cierre de escuelas y más desempleo. Las piñas nos llovieron día a día y el mal humor que hubo se sintió hasta el último minuto. No es intención de esta editorial hacerte recordar melancólicamente las fiestas en que se deseaba un próspero año nuevo. Pero sí hacer incapié, -es necesario para tomar conciencia de la situación- en que, íntimamente, el 31 a la noche la mayoría solo brindó por tener salud y apechugar.

Y cuando uno quiere que todo se acabe, que el mundo pare, como una ironía comienza una nueva vuelta: un nuevo año. El mundo no va a parar. Pero una manera de no sentir ganas de bajarse el próximo año es poniéndonos las pilas, haciendo que este año sea distinto.

 Es una cuestión de actitud, dice la canción. Por eso hoy queremos hablar de nosotros, de la sociedad y de dónde podemos sacar esa actitud tan necesaria.

Sabemos que las pilas están gastadas, pero una sociedad es un cuerpo vivo, en realidad no necesita pilas como una radio, o una linterna. Una sociedad puede generar su propia energía. Y en la medida que la genera, crece. De lo contrario, la apatía, el desinterés, nos estanca, nos marchita, nos vence por más que pongamos empeño en hacernos los tontos y mirar hacia otro lado. Por eso, la sociedad al ser un cuerpo vivo, como dijimos, está en constante renovación y tiene un solo camino si no quiere desintegrarse: crecer. Crecer es tender a ser mejor en lo suyo; para una sociedad es ser mejor en lo social, aunque parezca obvio aclararlo. Y ser mejor en lo social, es ser mejor en todas direcciones, es ser mejor en todo y para todos. Porque nuestras sociedades no son jaurías, o cardúmenes, u hormigueros, o panales de abejas, destinados solo a un tipo de eficacia. Nuestras sociedades deben ser eficientes en todo, tanto en intención como extensión. En intención, llevando a lo más profundo sus esfuerzos por ser. Y en extensión, alcanzando con igual intención a los más.

Pero, para que una sociedad o un individuo se anime al esfuerzo de ser pleno, antes que nada, tiene que poseer un germen que le dé vida. Algo que lo mueva a dar el primer paso. Ese motor es LA ESTIMA.

La estima nos hace sentir dignos, merecedores. Y por ello, en la persona o en la sociedad que así se siente nace el deseo, y del deseo vienen las fuerzas para luchar por lo deseado. Es un deseo con sustento, no es un deseo caprichoso, un berretín. Porque la estima nos hace sentir que podemos estar a la altura de las circunstancias y de las vicisitudes que debemos afrontar en el camino hacia lo que deseamos.  

Como decíamos arriba, entre las cosas miserables que nos dejó el 2018, hay un episodio, quizá trivial, pero que viene a cuento: un partido de fútbol que no fue. Por el cual los medios hegemónicos, aprovechando la volada, se encargaron de desgastar, una vez más, nuestra estima social, táctica que vienen ejerciendo desde que la estima y el deseo patriótico interfirieron con el interés de los imperialismos y el de algunos vivos de turno. Por tal motivo, pudimos ver y escuchar infinidad de artículos publicados y luego propalados por radios asociadas y canales de televisión -asociados también- en los que se culpaba a nuestra sociedad de que el partido no se jugara. Y por más que se haya puesto el ojo en los inadaptados de siempre, en la policía, en los dirigentes de los clubes, o en los barras bravas, la culpa, en grandes titulares, tuvo un denominador común: los argentinos. Para rematarla, luego de que se jugara el partido en Madrid, -como si un partido jugado en Buenos Aires o a 10.039 kilómetros fuera el mismo- no se cansaron de explicar que en otros países se puede y acá no. “Acá somos indios y vagos. Allá, europeos. Acá no podemos, allá sí”. Ese fue el rol de la prensa mayoritaria por esos días, desgastar, desmoralizar, reforzar la creencia de que los argentinos no podemos.

Nos mostraron hechos dolorosos como el de la mamá colocándole bengalas a su hija, y no se habló de que 66.000 personas que esperaron pacíficamente dentro del estadio unas seis horas para que les avisaran que el partido se había suspendido. La lista de ejemplos es demasiado larga, el objetivo: minar nuestra confianza, nuestra ESTIMA.

Si nos dejamos estar, el año que viene vaya uno a saber por qué estaremos brindando. Por eso, prevenidos de que nos quieren desalentados, sin estima, vencidos, tenemos que volver a recuperarnos como sociedad que quiere y necesita vivir mejor. Basta, entonces, de angustias explicadas al señor Ex Rey de España; basta de que esta es la única y triste realidad; basta de que nos merecemos estar adentro de un túnel tratando de ver una luz inalcanzable; y basta de que la verdad debe ser dolorosa y lo grato, mentira.

Tenemos que recuperar las ganas, el festejo, el esfuerzo, el compromiso. No es fácil, lo sabemos, la situación empeora día a día, el alquiler, las expensas, los alimentos, los remedios. Pero el esfuerzo, fuerzas da. Recuperemos la estima y volvamos a tener un motivo por qué brindar el año que viene. Volvamos a tener ganas.