sábado, 14 de septiembre de 2019

Todo el año es carnaval

ENTREVISTA

Todo el año es carnaval
Por Martín Ciraolo

Todos los sábados por la tarde, “Los Rotosos de Montserrat” se reúnen en la plaza de San José y México. Allí en el playón, hoy canchita de fútbol también, hay un universo de historias por conocer, en un espacio que ya funciona hace más de ocho años.  



Cinco de la tarde, el lateral de la Plaza Montserrat que da a la calle San José está lleno de pibes y pibas de la murga. Algunxs con los bombos, otrxs trabajando detalles referidos a la indumentaria y, por otro lado, preparando la merienda para compartir más tarde. En una de las cabeceras del playón, tres pies de micrófonos y un equipo de sonido que están poniendo a punto para arrancar con el ensayo. ¿Pero de eso se trata la murga? ¿Es solo juntarse los sábados por la tarde a hacer un poco de música? Conversamos con Sofía Pisanu, una de las fundadoras del espacio.

El común de la gente cree que una agrupación murguera solo desarrolla su actividad en carnaval. ¿Es así? 
Cuando decidimos armar la murga, militábamos en un espacio político de la comuna; allí surgió. Lo que veníamos haciendo en ese entonces, nos llevó a terminar levantando más las banderas de la plaza, de la gente de acá y no necesariamente la cuestión partidaria de ese momento. Entonces, desde que tomó color la idea de conformar la murga, pasamos por un proceso de transición: desde que armamos el taller hasta que definitivamente nos conformamos como murga, pasamos de 15 a 30 pibes; cada vez más se acercaba más gente, mas familias y cuando le pusimos nombre y colores, ya teníamos construida una identidad propia. 

¿Cómo fue ese proceso? 
Ningunx de nosotrxs tenía experiencia en murga, entonces lo armamos más como un espacio de contención. A partir de ahí aprendimos a hacer murga, a participar del carnaval. Algunas experiencias de murgas devienen de cosas previas; ya con una impronta, con algo más marcado… siempre hay alguien que viene de otro lado, que sabe un poco más, y de ahí se construye. A nosotros nos pasó al revés: venimos de la militancia. Entonces nos preparamos para febrero pero además durante el año es importante articular con espacios del barrio, por lo general suelen ser los que tienen alguna inserción territorial, social; que hagan apoyo escolar, que hagan un merendero, entre otras cosas. Por eso es interesante tratar de trabajar conjuntamente con ellxs.

Hablamos sobre el punto de que la murga excede el carnaval. ¿Cómo es la rutina de “Los Rotosos”? ¿Cómo se preparan para los compromisos que encaran?
Para nosotros hay dos fechas importantes en el año. Una es el carnaval en febrero y la otra, el día del niño en agosto, que fue hace unos pocos días. Para eso nos preparamos desde varios meses antes: juntando caramelos, regalos, armando los juegos. A veces articulamos con otros espacios del barrio, en otras oportunidades lo armamos íntegramente nosotrxs. Pero lo hacemos fundamentalmente porque entendemos que es sumamente importante no dejar de prestarle atención a la plaza y la gente del barrio; no queremos descuidar nuestro contexto de todas las semanas, más allá del carnaval. E interactuar todo el tiempo con lxs vecinxs de acá o de más allá, es unos de nuestros pilares. 


¿Independientemente de que formen parte de la murga?
Claro. Muchxs no necesariamente salen en febrero, no se ponen el traje, pero están acá, acompañan: desde traer cosas o solucionar cuestiones logísticas, hasta para hacerle la leche y servírselas a los pibes y pibas que vienen acá. Durante el año solo descansamos un mes, después es todo ensayar, juntarnos, generar cosas. Incluso cuando hace frío traemos chocolate caliente para darle a los nenes -a los nuestros y a los que están jugando en la plaza-, también invitamos a lxs vecinxs. Muchas veces también, traemos cosas para vender, porque necesitamos juntar plata.

Ese es un punto importante también. ¿Cómo juntan fondos para financiar las actividades que hacen?
Nosotros formamos parte del circuito Carnaval Porteño, que es un circuito oficial. Todos los años nos presentamos ante jurado en carnaval, y por suerte nos está yendo bien. Siempre estamos dentro. Es decir, la murga se presenta y según el lugar que termines ocupando, te asignan una cantidad de fechas. Eso va de la mano con un subsidio proporcional a esas fechas que, tristemente no alcanza para mucho… Del año pasado a este, y con la subida del dólar, apenas si nos alcanza para pagar el micro para trasladarnos y comprar algún que otro rollo de tela para los trajes. Después durante el año, hacemos actividades para recaudar dinero porque con esto solo, no nos alcanza para poder hacer todo lo que planificamos.

Para alguien que no está acostumbrado a este tipo de arte, o bien entiende el sonido de los bombos como “ruido”.  ¿Reciben quejas? 
No tanto, pero se han acercado alguna vez. Tratamos de explicarles el funcionamiento y, sobre todo, que cumplimos el horario a rajatabla.

¿Tienen un horario determinado?
Tenemos un permiso de ensayo y lo cumplimos. No estamos ni un minuto más ni un minuto menos. Es por eso que a quienes no nos conocen, o alguna vez se hayan acercado a plantear algo, lxs invitamos a que se acerquen, que vean de qué se trata. Les contamos la importancia de que la murga este en la plaza hace que se llene de familia. Hay vecinxs que nos cuentan que antes de que venga la murga, era medio una “boca de lobo”. Quizás no se animaban a traer a los pibes a jugar, a pasear a los perros. La murga abrió un poco eso, y por suerte hay una convivencia bárbara entre todas las personas que vienen acá. Los pibes de la plaza, la gente que trae a pasar a sus animales, los que vienen a traer a sus hijos a los juegos; nos cuidamos entre todxs.

¿Por qué motivo una persona podría acercarse a participar? ¿Con qué nos podemos encontrar?
Consideramos “Los Rotosos” más allá de ser un espectáculo, de ser un grupo de artistas populares, callejeros. Somos un espacio de militancia donde no solamente queda en lo artístico. Pero eso no quita la importancia de lo que es la murga porteña en general: tenemos un gran compromiso con lo artístico. Le ponemos mucho empeño, somos muy detallistas; estudiamos mucho lo que hacemos, lo ensayamos constantemente. Sin embargo, a la hora de la participación hay un montón de espacios: desde la danza, la percusión, el escenario, cantar o recitar, armar el vestuario, preparar el chocolate para los pibes, a veces también nos animamos a hacer olla popular para lxs vecinxs. Hay un montón de cosas para hacer y, ya sea tengas 5 años o 70, hay espacio para que nos podamos desarrollar como artistas, como militantes, y sobre todo, como grupo, como colectivo que tiene su base en la Plaza Montserrat.

Fotos: Facebook "Los Rotosos de Montserrat"





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